Gorostidi-Montes abren el abanico

Los dos fichajes sumaron su primera victoria formando el centro del campo
del Nàstic. Han jugado juntos en tres partidos, los tres fuera de casa

Raül Agné sorprendió a todos el pasado domingo en Irún. El técnico de Mequinenza agitó la sala de máquinas sin previo aviso, cuando nadie lo esperaba. Marc Montalvo y Pedro Del Campo habían estado ocupando la medular en el clásico doble pivote del sistema grana en las últimas semanas. Ambos habían demostrado complementarse a la perfección porque uno expone las mejores virtudes del otro. Los dos son peloteros de naturaleza que no renuncian al sacrificio defensivo. Además, Del Campo permite jugar a Marc Montalvo en su zona favorita del terreno de juego que no es otra que la base de la jugada.

El encuentro en tierras vascas se sabía que podía ir por otros lares. Esa no era la intención de primeras, pero siempre hay que tener en cuenta qué puede suceder si el rival es el que impone su ley. Quizás pensó en eso Raül Agné cuando decidió cambiar por completo la medular y dar entrada de sopetón a Eric Montes y Ander Gorostidi. Dos futbolistas más físicos y que no dominan tanto el juego con balón, pero que podían ofrecer unas mejores prestaciones detrás de él.

Lo cierto es que la primera mitad del Nàstic ha sido de las mejores que se recuerdan a lo largo de la temporada. Se vio un equipo dinámico, vertical y fluido que encontró con facilidad la portería rival. Marcó dos goles y generó varias ocasiones de gol en una de las primeras partes con mayor torrente ofensivo que se recuerdan de la era Agné.

No era para nada esperado ver un Nàstic tan fluido si se tenían en cuenta los precedentes. Gorostidi y Montes habían coincidido en el once inicial en dos veces anteriores. Curiosamente ambas habían sido también lejos del Nou Estadi en un detalle que no resulta baladí. En ambas ese centro del campo no había terminado de funcionar. En el partido frente al Eldense, Gorostidi fue sustituido en el entretiempo, mientras que en Calahorra solo aguantó diez minutos tras el descanso.

Sin embargo, la versión ofrecida por ambos ante el Real Unión fue muy diferente. Fue tan positiva que Agné no tocó la medular hasta el minuto 72 cuando sustituyó al mediocentro vasco. El mensaje era claro: esa sala de máquinas de nuevas adquisiciones por fin había dado el paso adelante que se esperaba.

Cuatro perfiles diferentes

Ahora se abre una ventana de posibilidades con cuatro futbolistas en un estado físico de plenitud que permite a Raül Agné tener cuatro perfiles distintos para ocupar la sala de máquinas. Normalmente solo entran dos en su cabeza, pero a veces ha tirado a Del Campo a la izquierda en un recurso interesante para aglutinar más cuero.

Montes es el mediocentro defensivo por excelencia, Montalvo ese pivote organizador que crea en la base de la jugada, Goristidi ese centrocampista con capacidad para jugar y robar a partes iguales, mientras que Pedro Del Campo representa la figura de ese mediapunta reconvertido a mediocentro que aparece por todos los lares del terreno de juego, aunque lógicamente sufre cuando le toca sumergirse en un contexto físico. La batalla por la medular está servida. Hay cuatro aspirantes que van a pelear duramente por un sitio en el centro del campo del Nàstic.

La lógica dice que tras una victoria podrían repetir Montes y Goristidi frente al Sabadell en el Nou Estadi, pero el hecho de que hayan sido solo titulares de manera conjunta lejos de casa permite pensar que quizás Agné regresa a la dupla formada por Del Campo y Montalvo. Otra opción es la de mezclar piezas. El próximo domingo se saldrá de dudas, pero lo que es seguro es que de maquinistas se va sobrado.