Jugadores revalorizados del Nàstic

Robert Simón, Tirlea, Aarón Rey y Pochettino salieron reforzados del partido ante la Real Sociedad B. Dani Vidal ha conseguido sacar la mejor versión de la mayoría de los jugadores de la plantilla

La victoria del Nàstic ante la Real Sociedad B (2-0) fue una catarsis para el club, la afición y la plantilla. Un cambio de ánimo. Dani Vidal dio con la fórmula para levantar un equipo en horas bajas y darle las herramientas necesarias para levantarse y mirar el futuro de una manera bien diferente. Uno de los retos que se había marcado el técnico era recuperar la mejor versión de los jugadores. Darles la confianza que necesitaban. Lo consiguió en la totalidad de los futbolistas. Todos jugaron mejor de como lo venían haciendo. Pero hubo cuatro que sobresalieron. Tres de ellos porque apenas habían tenido incidencia en la etapa de Iñaki Alonso. Y otro, por su evidente cambio de actitud.

Robert Simón es el ejemplo perfecto del cambio que ha supuesto la llegada de Dani Vidal en el banquillo. En un solo partido con el técnico tarraconense ya ha jugado más minutos que en las seis jornadas anteriores. Frente a la Real Sociedad B fue titular y estuvo casi una hora sobre el terreno de juego. Con el preparador de Durango no comenzó ningún partido y en tres de ellos ni siquiera participó. Si bien, ha tenido problemas físicos, no se han resuelto en siete días. Hacía semanas que estaba en perfectas condiciones para ayudar al equipo. Como hizo el domingo, ofreciendo la mejor versión del Robert Simón que la pasada temporada fue un fijo en la alineación de Raül Agné. Ofreció lo que mejor sabe hacer, centros en carrera. Es el mejor de la plantilla en ese aspecto. Capaz de poner un esférico al área aún con fuerte oposición. Además dio profundidad y velocidad a los ataques y unse sacrificó en defensa para controlar a los donostiarras.

La actuación de Tirlea tampoco se pareció a las que venía haciendo. Y eso que Iñaki Alonso confió el lateral diestro al canterano del Real Madrid en sus dos últimos partidos. Una titularidad que perdió con Dani Vidal pero que no evitó que cuando saltó al campo, en sustitución de Pol Domingo, completara un partido descomunal. Salió con la quinta marcha puesta. En defensa, tapó su costado con contundencia y anticipándose en muchas ocasiones al rival. Además, sus incursiones ofensivas generaron desajustes en las filas txuri-urdin. A base de zancadas y diagonales creó la duda y abrió resquicios en la defensa vasca. Un jugador del que se había destacado más sus errores que contribuciones y que ofreció garantías en las dos áreas.

Aarón Rey había sido titular habitual con Iñaki Alonso y Raül Agné. Los dos entrenadores le habían dado confianza, cariño y protagonismo. Pero ninguno de los dos consiguió sacar la implicación que mostró el futbolista gallego en el debut de Dani Vidal en el banquillo. El extremo, generalmente despreocupado de las tareas defensivas, fue uno más del contingente de presión que armó el cuerpo técnico para parar al equipo más goleador del grupo 2 de Primera Federación. Aarón Rey se sacrificó al máximo. Imponiéndole un esfuerzo que, siendo sinceros, pocos podían imaginar que podría dar el futbolista. No se desconectó en todo el tiempo que estuvo sobre el césped. Al contrario, su concentración máxima le permitió también disfrutar cuando tenía la pelota, provocando la pena máxima que supuso el 2-0 de Joan Oriol.

De Pochettino se han tenido pocas noticias hasta la fecha. Al extremo barcelonés le está costando sacar la cabeza en el equipo y lo cierto es que cuando lo ha hecho, no ha desentonado para nada. En Elda tuvo el 0-2 en un contragolpe que se estrelló en el poste y ante la Real Sociedad B dejó muy buenos minutos. Puso velocidad a los ataques y movimientos muy interesantes que deberían proporcionarle más minutos.

No fueron los únicos que ofrecieron una mejora sustancial en su rendimiento. Quintanilla hizo uno de los mejores partidos de la temporada. Montalvo rayó la brillantez dentro del oscurantismo de su trabajo. Guillermo rompió la sequía y Montes disfrutó con cada acción defensiva. Mejoras que requieren continuidad y no quedarse en la novedad del primer día.

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