Crecer un 10%... ¿o mejor multiplicar por diez?

Ivan Bofarull, Chief Innovation Officer de ESADE, reflexiona sobre innovación disruptiva en una jornada en el Diari

En lugar de pelearse con toda competencia conocida para arañar pequeños crecimientos que cuestan sangre, sudor y lágrimas, ¿por qué no romper el molde y plantearse saltos exponenciales que multipliquen por un factor de diez nuestra empresa?

Es lo que propone Ivan Bofarull, Chief Innovation Officer de ESADE, con su metodología Moonshot Thinking’, orientada a transformar la disrupción en una oportunidad, y de la cual dio una síntesis esta semana en el Diari de Tarragona.

Lo hizo durante la inauguración del curso académico 2022-2023 del Club Tarragona Esade Alumni, asociación integrada por antiguos alumnos de la escuela de negocios ESADE, en el marco del acuerdo de colaboración alcanzado entre el Diari y esta organización para albergar, durante el presente curso, los actos académicos que regularmente celebra en la demarcación de Tarragona.

Bajo el título Moonshot Thinking: transforma la disrupción en oportunidad, Ivan Bofarull repasó algunos de los puntos clave que llevan a la mayoría de las empresas hacia un destino inexorable, y que este profesor de ESADE describe así: «Hay dos tipos de empresas en el mundo, las startups y las empresas establecidas». Para las primeras, «la única manera de evitar la muerte es escalar». En el caso de las segundas, «su destino es declinar, salvo que vuelvan a ser un poco startup».

Cobra importancia, en estos casos, «la idea del refounder, que vuelve a incorporar cierta mentalidad de emprendimiento en la empresa para que se vuelva a transformar», explica Bofarull. «Las empresas que sobreviven -prosigue- siguen dos grandes reglas: la primera es intentar no competir en precio; la segunda, intentar buscar nuevas fuentes de ingresos y crecimiento, antes que recortar gastos».

Con esto en mente, explica su propuesta de Moonshot Thinking: «Es un modelo mental para llevar a tu empresa al próximo nivel, maximizando el valor a largo plazo. Porque innovar no solo es tener ideas, sino estrategia. Lo que vale para la estrategia vale para la innovación».

Dicho lo cual, abunda en el concepto ‘10x’ (ese factor multiplicador de diez), al que asocia con «el efecto compounding» o de interés compuesto, donde el tiempo logra crecimientos exponenciales. «En lugar de incrementar un 10% nuestros ingresos (o reducir un 10% nuestros costes) a dos años vista, ¿por qué no multiplicar por diez a diez años vista?», propone Ivan Bofarull.

«No se trata solo -prosigue- de enfocarse en un 10x: el factor del interés compuesto también está ahí, y hemos de generar ese efecto». Para ello, un buen punto de partida es alinear todo el talento disponible. «Uno de los problemas más importantes que me he encontrado en las empresas -explica Ivan Bofarull- son los silos. En empresas con silos, todas las mejoras que se llevan a cabo son dispersas, no alineadas, con lo cual no se genera ese efecto compounding».

Ese cambio de marco mental que defiende Bofarull con su propuesta de Moonshot Thinking tiene luego una serie de pasos y componentes: «Toda innovación empieza por un proceso creativo, pero el segundo componente es que, si no hay un mercado para ella, no es innovación. Ha de ser viable, defendible con tecnología y factible en su ejecución».

Tras lo cual, señala que «hay riesgos, como el de mercado y el tecnológico, que han saltado por los aires en los últimos años. La tecnología se ha convertido hoy en piezas de Lego, con lo cual puedes empezar desde cero porque cada vez hay más piezas sobre las que te puedes apalancar».

La clave es alejarse del mapa de competencia, dejar la guerra de desgaste de trinchera y «escanear modelos de negocio que ya existen, y ni te enterarás de que estoy compitiendo contigo, porque crearé algo alejado de tu mapa de competencia, monetizando valor que hasta entonces no se monetizaba. El acceso al mercado es más accesible que nunca, y la nueva escasez es la ejecución, no la tecnología».