La falta de mano de obra entorpece la actividad de las empresas españolas

Un 36% de ellas reconoce haber subido los precios de venta al cliente para intentar compensar el impacto de la inflación en sus costes de producción

La falta de mano de obra en las empresas españolas ya no es solo una cuestión de puestos altamente cualificados. Ni tampoco solo de la hostelería, donde la búsqueda de camareros en temporada alta se ha vuelto misión casi imposible en los últimos años.

El problema se extiende ya a otras ramas de actividad, convirtiéndose en uno de los obstáculos que más entorpecen la actividad y las previsiones de inversión, una de las patas que sustentan el crecimiento económico.

Un 43,8% de las empresas nacionales asegura sufrir esta dificultad en estos primeros meses del año, 1,2 puntos más que en el último trimestre de 2023, según la ‘Encuesta a las empresas sobre la evolución de su actividad’ publicada ayer por el Banco de España.

El documento deja claro que el problema afecta a muchos sectores. Pero sigue siendo especialmente pronunciado en la hostelería, agricultura y construcción. Es más, un 50% de las compañías que forman parte de estas tres ramas de actividad sufren esa falta de profesionales.

Son muchos los factores que influyen en ese vacío de vacantes. En un reciente informe, los analistas de Funcas lo achacaban al envejecimiento de la población y, sobre todo, a unos salarios por debajo de las expectativas de los potenciales trabajadores. Pero también a la transición digital y verde, «que demandan habilidades técnicas» que no siempre se encuentran entre los candidatos a un puesto de trabajo.

Según el Banco de España, las diferencias entre los sectores son especialmente relevantes a la hora de entender las distintas expectativas de costes laborales a medio plazo, «ya que las ramas en que se aprecia una mayor incidencia de estos problemas de mano de obra tienden a coincidir con las que esperan mayores aumentos de sus costes laborales».

Y es que la presión inflacionista, no solo sobre salarios, sino también sobre los insumos necesarios para realizar inversiones y expandir la actividad, sigue pesando mucho en determinadas industrias. Algo que se traslada en muchas ocasiones, y de forma directa, al cliente final.

En concreto, más de una de cada tres empresas (un 36,8%) reconoce haber subido el precio de sus productos entre enero y marzo, 11,3 puntos más que en el trimestre anterior. Las alzas han sido generalizadas, pero el Banco de España detecta que la tendencia se ha sentido con más fuerza en ramas de servicios como el transporte o todo lo relacionado con el ocio.

«El encarecimiento refleja un efecto calendario, puesto que en muchas actividades el ajuste de costes se lleva a cabo el los primeros meses del año», matizan los expertos. Casi siete de cada diez cree que los costes seguirán subiendo, anticipando que la presión de precios de venta final al consumidor se mantendrá.

Incertidumbre económica

En este complejo entorno, los empresarios también muestran su incertidumbre por la política económica del Gobierno, que se mantiene como principal factor condicionante de futuras inversiones y desarrollo de la actividad para casi seis de cada diez empresas, por encima del coste de inputs energéticos o la propia disponibilidad de mano de obra.

«La incidencia de este factor es bastante generalizada por ramas, siendo las de hostelería y agricultura las que señalan una mayor afectación (68% y 65%, respectivamente), en contraste con el menor porcentaje en servicios de información y comunicación (46%)», indica el documento.

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