‘El gato con botas: El último deseo’, una ‘miauravillosa’ comedia animada

Divertida e innovadora. DreamWorks recupera el tono y la gracia que hizo triunfar la saga ‘Shrek’ y logra sacarnos la risa y la sonrisa. Una secuela que merece la pena

Once años después de su última gran aventura, el felino más loco e irreverente de la animación actual ha vuelto a la vida. No estaba muerto. Solo le había dado descanso a la última de ellas que le quedaba.

La segunda entrega de El gato con botas, una de las más lucrativas de DreamWorks, promete una cosa al espectador: que se lo va a pasar en grande mientras contempla las andanzas de un héroe que ha vivido intensamente las otras ocho (ya que en América tienen nueve vidas, no siete como en España) y que se embarca en una travesía por la Selva Negra para encontrar la ansiada Estrella de los deseos, recuperar el tiempo perdido y salvarse de la muerte definitiva.

Un sinfín de malvadas criaturas acecharán al felino en su camino a la eternidad tras replantearse seriamente si había perdido su esencia y humillarse pidiendo ayuda a su antigua compañera y némesis, la cautivadora Kitty Softpaws.

El gato con botas: El último deseo recupera -y hasta mejora- la gracia y el tono de los primeros filmes animados de DreamWorks, responsable de otra franquicia tan exitosa como Shrek. Las dos sagas han logrado recaudar conjuntamente más de 3.500 millones de dólares en todo el mundo durante los últimos 21 años.

El regreso de El gato con botas, que se convirtió en un fenómeno mundial gracias a Shrek 2 (2004), presenta como gran novedad un cariz existencialista en el que se fusionan géneros como la comedia y la acción con el tratamiento de temas más profundos.

Sin embargo, la diversión está pensada principalmente para toda la familia gracias a unos estupendos gags que ya funcionaron muy bien y a una estética renovada, lo que le valió hace unos días su nominación a los Globos de Oro (por tanto, apunten que pueda estar nominada a los Oscar) en el apartado de mejor película animada.

El gato Banderas

El gato con botas: El último deseo es seductora, tanto como el propio protagonista, canalla y verdaderamente divertida. Logra que sonriamos y que incluso nos carcajeemos con algunas de las situaciones de esta nueva historia, contada como no podía ser de otra manera de forma desenfadada y con los efectos cómicos necesarios para tenernos disfrutando durante más de hora y media.

A ello hay que sumar las voces del doblaje, desde Antonio Banderas hasta Rosario Flores (que da vida a Mama Luna), quien aprovecha para lucir aquella canción suya de «Ay ay ay ay, mi gato hace uy uy uy uy». Es decir, una suma de elementos para que el filme sea un auténtico éxito. Y más a las mismísimas puertas de la Navidad.

Pero lo importante no es tanto la trama de fondo -que llega a tocar la fibra sensible- si no lo divertido de este gato personificado en un estupendo doblaje (tanto en inglés como en español) de Antonio Banderas.

El gato con botas: el último deseo es una de las mejores películas animadas del año. El personaje principal está estupendamente acompañado por los secundarios. El filme no se hace una bola ni saldremos del cine con las garras afiladas, pero sí con la mejor sonrisa tras cualquiera de las comilonas en las que nos habremos puestos las botas. Y eso ya merece un ¡miau!

Biopic sobre la cantante Whitney Houston. Un retrato sin reservas de la compleja y multifacética mujer detrás de La Voz. De niña del coro en Nueva Jersey a una de las artistas más superventas y premiadas de todos los tiempos.

El cineasta japonés Hirokazu Koreeda (La verdad, Un asunto de familia, Después de la tormenta o De tal padre, tal hijo) regresa para explicarnos ahora una historia que arranca bajo la lluvia, cuando una mujer abandona a su bebé en una caja sin saber que el lugar está siendo vigilado por una pareja de mujeres policías que investigan la venta de bebés en el mercado negro.

Temas: