Bancos de alimentos al límite

Como suele ocurrir con casi todas las cosas, también la inflación y la guerra de Ucrania tiene sus consecuencias negativas para los más vulnerables. Si ya la situación de muchas familias era tan precaria que se ven obligadas a recurrir a esas santas entidades que, sin ánimo de lucro, se desviven por ayudar a los más necesitados, ahora ven cómo incluso estas ONG se hallan al límite, acuciadas por el incremento de precios, que merma la cantidad de productos que pueden adquirir con el mismo dinero, y por el incremento de la necesidad, toda vez que la inflación ha empobrecido aún más a los que ya eran pobres y la guerra de Ucrania ha propiciado la llegada de un gran número de personas que han desembarcado en nuestras comarcas prácticamente con lo puesto. En este sentido, la Federación Española de Bancos de Alimentos denunció ayer que este año tendrán un 20% más de demandantes que en 2021.

«Estamos viendo cómo aumenta el número de demandantes, personas que, dramáticamente, antes eran los que donaban los alimentos», se lamentaba el presidente de esta entidad, Pedro Miguel Llorca. Y es que, tras dos años marcados por la pandemia provocada por la Covid-19, el aumento de precios en productos de primera necesidad durante los últimos meses ha provocado un nuevo escenario de emergencia social. Los bancos de alimentos alertan de que muchos de los nuevos usuarios que necesitarán ayuda alimentaria en los próximos meses serán personas con trabajo y familias de rentas bajas y medias que ya no llegan a fin de mes por culpa de la subida de los precios.

Así las cosas, las entidades sociales hacen un llamamiento a la solidaridad, sabedoras de que la gente siempre responde. Sí, es un problema que nos interpela a todos. Aunque en realidad es el Estado el que tiene la obligación de garantizar y cubrir las necesidades más fundamentales de sus ciudadanos. Debería ser su principal prioridad.

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