Robo de cable en trenes

La noticia ha sido portada en medios nacionales. El robo de un cable de 600 metros de fibra óptica entre L’Arboç y La Pobla de Montornès provocó anteayer el caos ferroviario en la línea de alta velocidad entre Madrid y Catalunya y especialmente en las estaciones de Barcelona-Sants y Madrid-Atocha. El acto vandálico, ocurrido sobre las 2.30 la madrugada, interrumpió por completo la circulación durante más de cinco horas, afectando a más de 12.000 viajeros, que sufrieron la cancelación o retrasos y a 22 trenes de Renfe y cinco de Ouigo.

Y mientras la incidencia se resolvía, miles de usuarios, algunos de ellos, ante el inicio de sus vacaciones, indignados. Los Mossos detuvieron en Santa Oliva a un joven de 19 años relacionado con el robo y ayer fue dejado en libertad con cargos con medidas cautelares.

No es la primera vez que actos de vandalismo o delitos afectan al servicio ferroviario. Según Adif, propietaria de la mayoría de vías férreas y material ferroviario del país, la sustracción de cables afectó el año pasado a más de 800 trenes.

Solo en el primer trimestre de este 2022, 258 ferrocarriles se han visto retrasados por esta razón. El ritmo de los robos se ha intensificado en los últimos tiempos. La causa es que el cobre se cotiza a más de siete euros el kilo y hay bandas dedicadas a robarlo en todo tipo de instalaciones desde transformadores a líneas telefónicas pasando por tendido eléctrico o catenarias.

Adif contrata empresas de seguridad privada para proteger las vías de posibles robos pero a tenor de las cifras resulta insuficiente. Los sindicatos reclaman aumentar las horas contratadas para que las compañías de vigilancia privada puedan destinar más efectivos. Seguramente no es la única solución y tanto Adif como las operadoras de tren son las primeras víctimas pero lo que no puede ser es que periódicamente los ciudadanos se vean afectados por un medio de transporte tan básico y a potenciar.

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