El bus urbano de Torredembarra

El día 10 del corriente mes, a las 12,35 horas, me sorprendió una lluvia torrencial en el paseo de Rafael Campalans de Torredembarra, por lo que decidí coger el bus urbano, línea 1, en dicha parada, frente al restaurante Las Palmeras, pero dado que la zona exacta de la parada se había convertido en un río infranqueable, por la riada que en estos casos se produce en el paseo del Mediterráneo, cuándo ví acercarse al autobús le hice señas inequívocas, para que se detuviera DIEZ metros más adelante del poste indicador fuera de la zona inundada. Pero, ante mi sorpresa, aceleró, pasando de largo y mojandome con la salpicadura de sus ruedas. Por lo visto topé con uno de esos individuos puristas cumplidores de la norma a rajatabla, incapaces de sentir la más mínima empatia hacia los demás. Que sepa que tiene mi desprecio. Por otra parte, me sorprende su actitud, pues, normalmente, los chóferes de este servicio suelen ser muy amables.

No es esta, precisamente, la mejor forma de promocionar un servicio poco utilizado. Y que no me vengan con excusas de que han de detenerse exactamente en la parada establecida, diez metros, en un caso como el que comento, ni causan peligro ni se hunde el mundo...

Jesús M. Zúñiga Robles

(Torredembarra)

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