El número uno
Antes se valoraba al que era número uno. Los currículums de los ministros, por ejemplo, coincidían muchas veces en decir: número uno de su promoción en tal carrera…
Después lo importante no era el currículum, sino ir el primero de la lista de un partido.
También esto ha cambiado en Catalunya. Artur Mas fue de número cuatro en la lista de Barcelona. Puigdemont iba de número tres por Girona. Y –lo que es más sorprendente aún– el nuevo alcalde de esta ciudad, Albert Ballesta, ocupaba el número 19 de la lista en las municipales. Tras el cese de Puigdemont, el partido ha convencido a 17 para que no asuman el relevo y lo dejen para él.
Visto lo cual, es posible que llegue un día en el que se oiga un diálogo parecido a este:
- Bueno, señora María, ya me han dicho que su hijo llegará lejos.
- No sé, al pobre le han puesto de número uno.