Cosas de famosos

El interés por las cosas de los famosos no es novedoso en nuestra sociedad. Prueba de ello son las (aún) grandes cifras de venta de las revistas del corazón o el excepcional seguimiento al que se ven sometidas en las redes sociales figuras de toda condición y categoría. Antes marcaban los intereses quienes tenían influencia, que eran pocos y archiconocidos, y los soportes de difusión, que estaban en las mismas y eran aún menos. Ahora hay mucha vida más allá de la televisión y las revistas, y de candidatos a la fama ni hablemos.

Pero continúa habiendo clases y lo que no ha variado es el foco de la atención, que se sigue posando en historias parecidas. Por ejemplo, en las últimas semanas circulan por los mentideros noticias de dos de nuestras celebridades, y versan sobre lo divino y lo humano sin hacer énfasis en los motivos que las encumbraran hace ya décadas ni saber si considerarlas estrictamente de la cultura, del arte o del espectáculo.

El cantante Miguel Bosé se encuentra de gira, pero por las televisiones, y está pendiente de tantas cosas que ni siquiera se sabe por cuál. Hace unos meses cumplió 45 años de carrera, lo que le ha dado pie a la publicación de dos libros: el volumen de memorias ‘El hijo del Capitán Trueno’ y una ‘Historia secreta de mis mejores canciones’, en la que señala puntualizaciones personales y profesionales a sus éxitos.

Por ser Bosé quien es, han tenido un ‘boom’ editorial propio que se va a complementar con la expectación generada por el último producto de la factoría. Se trata de una serie trazada por el guionista Nacho Faerna con material de primera clase, esto es, la autorización del músico y su colaboración efectiva para ponerla en marcha. Él está dando la cara por el resultado y desde luego es un detalle a tener en cuenta.

Y, sin embargo, se habla menos de lo que se debería del 35 aniversario de su álbum ‘XXX’, que él mismo ha calificado de «parteaguas». Disco vanguardista, de producción británica, el único suyo con versión íntegra cantada en inglés. El invento no salió, pero dejó una muesca de ese intento hispano de asaltar el mercado estadounidense que culminó Julio Iglesias y jóvenes artistas están retomando hoy.

Por su parte, Mario Vargas Llosa está en el candelero, porque primero se separó de una popular personalidad y luego volvió a ser visto con la que había sido su esposa durante medio siglo. Ríos de tinta sobre una y otra aventura, que está aprovechando —y hace bien— su sello en España para vender sus clásicos y otros que están confeccionando con la ocasión. Recopilaciones de sus artículos periodísticos, como ‘El fuego de la imaginación’, o sus comentarios acerca de Galdós o la intelectualidad francesa. Libros donde retoma su relación con Gabriel García Márquez, póstuma en el caso del colombiano. Y para rematar, una antología de ‘Las cartas del Boom’ con escritos de cuatro de sus miembros: los dos mencionados, Cortázar y Carlos Fuentes.

Bienvenidas sean estas «cosas de famosos», con tal de que salgan (de nuevo) a la luz obras merecedoras de oportunidades que de otra manera no recibirían.

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