China e Irán

Dos regímenes autocráticos como son China e Irán viven días convulsos, con las calles llenas de manifestantes, algo que los dictadores no soportan. Y ambos han optado por medidas que evidencian su desesperación.

En China el descontento es una reacción a la drástica política de cero Covid, que mantiene estrictos confinamientos que la gente ya no aguanta más. Y el Gobierno, además de reprimir las protestas, ha recurrido a algo tan pueril como aquello de lo que no se ve no existe: editar las retransmisiones de los partidos del Mundial para evitar que se vean planos de los aficionados sin mascarillas en las gradas. Una medida que se tomó ante la oleada de comentarios en las redes sociales en los que se destacaba la aceptación internacional a convivir con la Covid, en contraposición con lo que ellos viven.

Peor están en Irán, con gran parte de la población en pie desde que una joven detenida por llevar incorrectamente el velo muriera a manos de la policía. El régimen, que ha matado a decenas de manifestantes y encarcelado a otros cientos, está tan desesperado que ha recurrido a algo tan infame como amenazar a los familiares de su equipo nacional en el Mundial con «el encarcelamiento o la tortura» si los jugadores de la selección «no se comportaban» debidamente en el partido que ayer jugaban contra Estados Unidos y se negaban a cantar el himno.

La razón de la fuerza es lo único que les queda a los tiranos que no cuentan con la fuerza de la razón. ¡Qué triste y cruel!

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