El laberinto italiano

La elección de la populista Giorgia Meloni solo se explica repasando la política italiana de las últimas décadas, cuando estalló el sistema tradicional de partidos y en un mismo año, 1991, se disolvieron los dos principales: la DC y el PCI.

La corrupción era tal que un tercio de los diputados estaban imputados, por lo que se hablaba de la Cámara de Imputados. Un famoso artículo de Indro Montanelli, en vísperas electorales, recomendaba: «Hoy, tápese las narices y vote DC, y luego, si es católico, vaya a confesarse».

Surgieron otros mimbres políticos: Forza Italia, Movimiento Cinco Estrellas, Liga Salvini... y Hermanos de Italia, el invento triunfador de Meloni.

Por fortuna, como país de la UE, Italia tendrá su imaginación limitada por Bruselas.

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