Refugiados dan vida a los pueblos

Con la pandemia hubo urbanitas que se mudaron a pequeños pueblos en busca de una existencia más pausada y libre, aunque con una buena conexión a internet para poder teletrabajar. Parecía la cura a la enfermedad de la despoblación. Pero un estudio publicado por Esade sostiene que estos flujos migratorios de la ciudad al mundo rural solo fueron un espejismo. La Generalitat impulsa ahora un plan para insuflar vida a la ‘Catalunya vaciada’ a través de treinta familias de refugiados de Ucrania, Siria, Venezuela, Afganistán y Ecuador que se han instalado en pueblos de menos de 500 habitantes. Les da trabajo y un salario de 19.434 euros brutos al año. Entre los municipios de acogida están Senan, Vilanova de Prades, Les Piles, Blancafort, Els Garidells, La Torre de Fontaubella, Ulldemolins y Freginals. Bienvenidos.

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