La cloaca de las redes sociales

 

Como todo lugar que se habita, las redes sociales tienen también sus propias cloacas. Y en ocasiones sale a flote lo que por ellas circula y deja a la vista la bajeza moral de algunas personas que, con la facilidad que la tecnología otorga, y amparados en el anonimato, son capaces de verter hasta la náusea sus peores instintos. 
Lo hemos vuelto a ver en estos últimos días a raíz de la tragedia que ha costado la vida en la plaza al torero Víctor Barrio, con insultos irreproducibles hacia su profesión, su persona, e incluso hacia su viuda.
Es cierto que quienes así actúan son una minoría, que la gran mayoría hace un buen uso y que ni siquiera el conjunto de los habitantes de las redes son del todo representativos de la sociedad, pero cuando el odio aparece de esta forma no deja de ser un elocuente síntoma que no conviene pasar por alto.
Jesús Domingo Martínez
(Girona)
Como todo lugar que se habita, las redes sociales tienen también sus propias cloacas. Y en ocasiones sale a flote lo que por ellas circula y deja a la vista la bajeza moral de algunas personas que, con la facilidad que la tecnología otorga, y amparados en el anonimato, son capaces de verter hasta la náusea sus peores instintos. 

Lo hemos vuelto a ver en estos últimos días a raíz de la tragedia que ha costado la vida en la plaza al torero Víctor Barrio, con insultos irreproducibles hacia su profesión, su persona, e incluso hacia su viuda.

Es cierto que quienes así actúan son una minoría, que la gran mayoría hace un buen uso y que ni siquiera el conjunto de los habitantes de las redes son del todo representativos de la sociedad, pero cuando el odio aparece de esta forma no deja de ser un elocuente síntoma que no conviene pasar por alto.

Jesús Domingo Martínez

(Girona)

 

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