La fertilidad, argumento político

En una sociedad tan frívola, la fertilidad es un argumento político que ofrecer

El domingo, Trinidad Jiménez se enfrentaba en un debate a Íñigo Errejón, Alberto Garzón y Pablo Casado. La juventud baila. Dando un toque a la obra teatral de Arthur Miller, aquello parecía ‘Todos podrían ser mis hijos’. En Twitter, hubo quien bromeó con que la socialista estaba a punto de sacar del bolso unos Werther’s Original para los chiquillos. Pero el PSOE ha dado un golpe a tanta lozanía: Susana Díaz está embarazada. Desde que se anunció que la entonces princesa Letizia iba a tener su segundo hijo no se hablaba tanto de una concepción. Ya se han hecho los cálculos. La gestación no entorpecerá las elecciones. Ni al revés. Si en la República, y cuando se estaba discutiendo el voto femenino, se sostenía que las mujeres solo podían votar racionalmente después de la menopausia, hoy la juventud parece un valor. Igual de ridícula es una cosa como la otra. En una sociedad tan frívola, la fertilidad es un argumento político que ofrecer.

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