Lacayos y otros seres

Cary Grant llamaba «carita de mono» a Joan Fontaine en ‘Sospecha’. Un socialista de Moguer, como el burro, escribió en su Facebook que Soraya Sáenz de Santamaría tenía «carita de zorra». Pocas zorras ha tenido que ver. Y si las ha visto, que le devuelvan el dinero. También la llamó «mala perra casposa, sucia y ratera». Tras el escándalo y la palabra mágica (machismo), dimitió de todo menos de la burricie. Cuando te llaman esas cosas en ristra no te puedes sentir insultada, igual que la primera reacción al leer que una lerda ha muerto electrocutada al tomarse una foto en el techo de un tren no es de pena. Luis Alegre, uno de los mandamases de Podemos, dijo anteayer que es momento «de intentar asaltar los cuarteles generales donde los lacayos de los ricos han desatado una guerra abierta contra la universidad pública». La universidad es un desastre, pero estas declaraciones sí que son insultantes. Se te queda carita de zorra. Y de mala perra.