Levantarla cabeza

Una propuesta para las vacaciones de verano: apaguen el móvil

Antes de que Steve Jobs apareciese con su iPhone y de que Google lanzara al mercado ese androide que nos han colado (¿para siempre?) en el bolsillo, un grupito de adelantados (quienes se las dan un poco les llamarán early adopters) creaba lenguaje y cultura popular con su comportamiento. Agarrados a sus PDA (en esencia, agendas electrónicas con un palito para escribir) y sus BlackBerry con teclado físico para responder correos electrónicos, solía vérseles con la cabeza agachada y una abstracción total del entorno, volcados en sus juguetitos, en lo que alguien llamó la ‘BlackBerry Pray position’. Es decir, la postura de la plegaria BlackBerry (también llamada ‘CrackBerry’ por su capacidad de adicción).

Eran pocos y movían a cierta guasa. El ‘postureo’ de alguno cantaba a la legua, y la reacción del ciudadano de a pie (llámenle mainstream) con su Nokia (y, como mucho, un juego de la serpiente con el que hacer récord) era similar a la que muchos habían tenido cuando, a finales de los ochenta y principios de los noventa, les paraba al lado un coche con una antena extra en el techo y un conductor hablando por teléfono.

Hoy, la visión ridícula que muchos tuvieron de esa gente pegada a un teléfono en el semáforo, o con la cabeza agachada en el restaurante, ya no es tal. Es nuestro paisaje cotidiano. Somos uno más. También nosotros agachamos la cabeza y vemos pasar nuestras vidas a través de la pantalla del móvil, ante la incomprensión de los que se han quedado al otro lado de la brecha digital. Una propuesta para las vacaciones de verano: apaguen el móvil y levanten la cabeza. Verán que sienta bien.

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