Sexo, muerte e historia

Los sentimientos más primitivos del ser humano fueron el recurso más fiable de Aranda

Los sentimientos más primitivos del ser humano fueron el recurso más fiable de Aranda. Sexo, pasión y muerte son tres elementos indispensables en las películas del cineasta barcelonés (por cierto, repudiado en su día por la Generalitat, a pesar de haberle concedido la Creu de Sant Jordi). Títulos como ‘Celos, ‘La pasión turca’, ‘Cambio de sexo’, ‘Amantes’ o ‘La muchacha de las bragas de oro’ ya lo dicen todo por sí solos. Pero Aranda fue también descubridor de talentos, como lo había sido Bigas Luna. Logró que conociéramos a Imanol Arias con las dos entregas de ‘El Lute’ o a Pilar López de Ayala como ‘Juana la Loca’. Porque Aranda era además un enamorado de la historia, la que se escribe con mayúsculas y la que se vive con minúsculas: la más íntima de cada uno de nosotros.

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