Tarragona metropolitana

Carta de la directora

Impactados aún por el drama humanitario provocado por el terremoto en Siria y Turquía, en clave local la semana ha sido intensa en cuanto a anuncios que están llamados a marcar un antes y un después en materia urbanística y de coexistencia entre sectores económicos en el territorio.

Comienzo mi reflexión con el futuro Plan Director Urbanístico (PDU) metropolitano del Camp de Tarragona. Me han leído en más de una ocasión que, pese a ser la segunda Área Metropolitana de Catalunya en términos económicos y de interacción entre municipios, no disponemos de los servicios ni de la visión estratégica de conjunto necesarios para ordenar y planificar las necesidades residenciales, de actividades e infraestructuras que tenemos. Todo ello, fruto de la falta de una estrategia común y de un liderazgo compartido en el Camp de Tarragona.

No es ninguna novedad. La necesidad de disponer de una voz que represente los intereses del conjunto del Área Metropolitana de Tarragona es un tema recurrente en nuestras comarcas. En plena dictadura (entre 1964 y 1970, excepto en 1965) destacados economistas, historiadores, ingenieros, médicos y expertos reflexionaban cada mes de agosto sobre la geografía, la historia y la economía del Camp de Tarragona, en las llamadas Converses de Salou. Su celebración, en pleno régimen franquista, con ese título y con algunas de las ponencias en catalán, sólo se entiende por la implicación del prestigioso economista reusense Romà Perpinyà. Ya entonces se trató la integración sanitaria o el modelo turístico. Algunas de las ponencias generaron incluso la publicación de libros como La economía de la ciudad de Reus y del Campo de Tarragona, de Carles Calleja, donde se apostaba por una cooperación más estrecha entre Reus y Tarragona; o L’economia de la regió de Tarragona, de Ernest Lluch y Eugeni Giral.

Representa un pequeño avance que el conseller de Territori, Juli Fernàndez, haya presentado esta semana las directrices que guiarán la redacción del planeamiento urbanístico conjunto del núcleo central del Camp de Tarragona. En concreto, de siete municipios: Cambrils, Constantí, La Canonja, Reus, Salou, Tarragona y Vila-seca.

Es cierto que el camino iniciado supone únicamente la formulación de un plan director urbanístico. No se trata, por tanto, de ningún ente metropolitano. También es verdad que Tarragona ha sido ya objeto de múltiples análisis, entre ellos, el Pla Estratègic o el Pla Territorial Parcial del Camp de Tarragona. Y de intentos de acuerdo como los Pactos de la Boella I y II, del Pacte de Infraestructures de seis ayuntamientos, o de algunos proyectos comunes como la Vall de l’Hidrogen de la Catalunya Sud, o la reivindicación del paso de las mercancías por el interior.

Pero sin ser más de lo que es, el PDU supone el reconocimiento por parte de la Generalitat de la existencia, más allá del entorno de Barcelona, de un área metropolitana en Tarragona que debe ser tenida en cuenta.

En conclusión, se trata de un paso tímido hacia lo que debemos aspirar como territorio, pero el objetivo es ir sumando más. Tenemos los activos, puerto, aeropuerto, el polo petroquímico más importante del sur de Europa, PortAventura y un destino turístico maduro que ha hecho los deberes en los últimos años para mejorar la oferta y la calidad de sus servicios, un potente sector vitivinícola con gran potencial en materia enoturística, el clúster TIC Catalunya Sud... Se trata de aprovecharlos y hacerlo bien.

Acuerdo Port-Vila-seca

Hace dos años que el Ayuntamiento de Vila-seca, el Port de Tarragona y Repsol presentaron el Cal·lípolis Next Generation para mejorar la competitividad portuaria y la sostenibilidad del litoral de La Pineda con ayuda de fondos europeos. Ahora consistorio y puerto han concretado algunas de las inversiones previstas. Por un lado, el nuevo contradique de Ponent, junto a la playa de Els Prats, que debe satisfacer muchos objetivos, aparantemente opuestos, y hacer compatible el uso portuario con la estabilización de la playa de La Pineda. Por otro, la futura Zona de Actividades Logísticas (ZAL) y la recuperación de Els Prats d’Albinyana, una zona natural de 37 hectáreas de humedales y que, en breve, se convertirá en la actuación más importante de los últimos años en Catalunya en este ámbito ecológico desde la restauración de L’Estany d’Ivars en Lleida. Por último, la musealización de la villa romana Cal·lípolis, conocida por ser donde se descubrió el famoso Mosaico de los Peces. C

Son, sin duda, proyectos ambiciosos que deben servir para tres cosas. La primera, mejorar la convivencia entre dos actividades que durante muchos años se miraban con recelo, como son la química-logística y la turística. El nuevo contradique permitirá cerrar completamente el puerto en caso de una fuga y, en un futuro, eliminar la monoboya y acoger todas las operaciones de descarga de crudo en el pantalán actual. El segundo aspecto a valorar es que la cooperación entre administraciones es un ejemplo a seguir. El tercero, que los proyectos de futuro son aquellos que trabajan tres dimensiones: la económica, la ambiental y la social.

Las inversiones dignificarán la fachada marítima de Vila-seca y La Pineda, como ha realizado el Port en Tarragona en diversas actuaciones: la transformación del Kilómetro Cero y del Moll de Costa; la rehabilitación del antiguo edificio de la Autoritat Portuària y de la antigua Confraria de Pescadors; la mejora del paseo marítimo del Miracle y la pasarela que une la Baixada del Toro con la playa. De hecho, en este caso, el puerto se ha significado como la administración más solvente y que más cambios ha logrado en la ciudad en los últimos años.

Estación de Bellissens

Reus contará en 2025 con una segunda estación ferroviaria en Bellissens. Adif ha anunciado que prevé aprobar y licitar su construcción este año, con una inversión prevista de 11 millones de euros. El equipamiento prevé dar servicio a 1.400 viajeros diarios del campus de la URV y del Hospital Universitari Sant Joan de Reus. Después de más de una década de reivindicaciones, es una buena noticia para Reus, que, además tendrá a siete minutos en coche desde el casco urbano la Estación Central Intermodal de Vila-seca, ubicada en el cruce entre la línea férrea convencional Tarragona-Reus y la de alta velocidad del Corredor del Mediterráneo y con la que estará conectada por tranvía. Las comparaciones son odiosas y, si son con Reus generan más suspicacias, pero Tarragona debería tomar nota.

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