El Hospital Sant Joan de Reus cierra 2021 con un superávit de 6,7 millones

La cobertura Covid favorece el segundo balance positivo bajo la gestión de Salut, que paga de nuevo las DPO. La plantilla denuncia saturación y doblaje de turnos: «Estamos agotados». Hoy se constituye la mesa para negociar el nuevo convenio laboral

El cierre del ejercicio 2021 arroja un superávit de 6.710.584 euros para el Hospital Sant Joan de Reus. El centro registra por segunda vez consecutiva un balance positivo, después de que el desequilibrio económico en que venía incurriendo reiteradamente desde 2015 acabase con el traspaso de la gestión municipal hacia la Generalitat. De hecho, en 2020, en su estreno bajo la mano de Salut, los ingresos del Sant Joan ya superaron a los gastos en hasta 5,5 millones.

Fuentes del Departament confirman al Diari las cifras y concretan, también, que estas han permitido pagar a los trabajadores las direcciones por objetivos (DOP), un concepto que Comité y sindicatos se habían visto anteriormente abocados a reclamar en los juzgados.

El informe de auditoría de cuentas, al que ha tenido acceso este rotativo, detalla que «2021 destaca por el impacto, durante todo el año, de la pandemia» e indica que «la entidad ha recibido ingresos por la actividad extraordinaria derivada de la atención prestada para la lucha contra la Covid, como altas hospitalarias con estancia en la UCI y sin ella, altas del ámbito sociosanitario o pruebas PCR realizadas». Por ejemplo, Salut Sant Joan de Reus-Baix Camp –la nueva entidad de derecho público que lleva a cabo la actividad del hospital– facturó 89.227 PCR y contabilizó 10.127 días de estancia de positivos, entre la UCI y las plantas.

En 2020, la Generalitat también justificó así el superávit. En esta ocasión, sin embargo, Salut ha declinado comentar el futuro de esos 6,7 millones o hacer una valoración de las cuentas. Tampoco la ofrecen fuentes municipales, considerando que el cambio de gobernanza ya se ha consumado y que corresponde al Departament aportar información.

El mismo informe especifica que «se han meritado ingresos por otros programas para hacer frente a la pandemia, como el Programa para la compensación del sobrecoste o el Programa de recuperación de la actividad quirúrgica y diagnóstica». La entrada de fondos del Servei Català de Salut incluye, entre otros, el concierto sanitario de agudos, sociosanitario y la dispensación de medicación ambulatoria.

Por otro lado, y según recoge el documento, «en 2021 se han concertado nuevas acciones como la secuenciación de tumores de línea germinal o el programa de escuela inclusiva» y «el contrato ha recogido incrementos en los ámbitos de la cirugía menor ambulatoria, la hospitalización a domicilio, la cirugía de obesidad mórbida o el monitoreo continuo de la glucosa, entre otros».

El Hospital Sant Joan aprovisionó 2.760.877 euros para las DPO de 2021 y también varias cantidades que le permitirían hacer frente a demandas sobre reclamaciones por el precio al que se pagan las guardias realizadas, demandas por diferencias salariales y una pretensión de reequilibrio del servicio de cafetería afectado por las restricciones del virus, así como el importe de la fianza que el juzgado de Instrucción número 3 de Reus impuso relacionada con la investigación por posibles víctimas de las prótesis de Traiber y que Salut Sant Joan de Reus-Baix Camp ha recurrido.

El 20 de julio de 2020, hoy hace justo dos años, Salut Sant Joan de Reus adquirió el 100% del capital social del Hospital Sant Joan de Reus. La entidad incorporó en junio de 2021 al personal del hospital. Poco después, los trabajadores denunciaron la aplicación de recortes sociales en forma de pérdida de las ayudas para al menú, la guardería y los hijos con discapacidad. Algunos meses más tarde, mantuvieron un pulso contra la aplicación del artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, en el que Salut Sant Joan de Reus dio marcha atrás. Y, más recientemente, los profesionales empapelaron la zona de dirección con carteles exigiendo el reconocimiento de sus derechos.

«El desánimo es generalizado»

En la actualidad, el escenario no parece mejor. «Esos carteles los pusimos, primero, por la reticencia que tenía la empresa a la hora de sentarse a empezar la negociación del convenio laboral, cosa que nos preocupa ya que no queremos ir al del sector; pero, también, por la falta de profesionales, sobre todo DUI, que hace que los compañeros tengan que doblar turnos y hay bastante saturación. Si a todo ello le sumas la Covid...», lamenta Alicia Martín, portavoz de USAE.

Además, «nos quejamos también de la fuga de personal en los últimos meses. La empresa tiene que ser más competitiva y ofrecer buenas condiciones si quiere conservar a los profesionales», añade Martín, que apunta que «es cierto que nos han pagado las DPO, pero habiendo superávit se entiende» y valora que «deberían ir incluidas en el sueldo, ya que este complemento se generó por la diferencia salarial entre comunidades y Catalunya aprovechó para pedir un sobreesfuerzo para cobrarlo».

«No hay personal, deniegan permisos porque no hay gente para cubrirlos, las ratios son muy altas y los trabajadores están muy quemados, muy agotados», expresa Esther Hernández, delegada de CCOO, que cuenta que «además, con el último protocolo, si eres positivo sin síntomas debes ir a trabajar igual, con todo lo que eso conlleva» y «aprietan para que te tomes un paracetamol y tires». «Hay un desánimo generalizado», dice, y subraya que «muchos ya se han ido por las condiciones» y «hacer el esfuerzo de doblar no compensa».

Por otra parte, la sección sindical de UGT ha solicitado a la dirección que habilite como guarderías para los hijos de los empleados algunos espacios vacíos del centro. La cuestión «se estudió en 2010 y no se materializó por la crisis» y serviría para que «nuestro hospital sea más atractivo ante el personal».

El punto de vista de la oposición

Ahora que el tiempo permite tomar perspectiva, la oposición vuelve a analizar el traspaso del hospital y opina del superávit. «Estos resultados son la constatación de que la Generalitat hoy financia con más recursos este hospital, de forma que corrobora que estaba intencionadamente infrafinanciado para hacer imposible una gestión correcta por parte del Ayuntamiento», precisa el portavoz del grupo municipal del PSC, Andreu Martín, que incide en que «el problema no era que lo gestionáramos nosotros, sino que recibíamos 31 millones menos que en este último ejercicio, lo que supone que respecto al 2019 ahora está recibiendo un 22% más de financiación». «Tendría que haber menos resultado positivo y más personal con mejores condiciones laborales», concluye.

Al frente de la CUP, Marta Llorens apunta que «ahora hablamos de superávit y eso demuestra que un ayuntamiento no tiene capacidad para gestionar un hospital de la envergadura del Sant Joan», aunque «cualquier empresa que presta servicios a la ciudadanía debería acabar a cero» y «doy la razón a los trabajadores: el superávit no está bien gestionado si no hay dinero para personal o material necesario».

Y desde Cs, Débora García destaca que «era totalmente innecesario que el Ayuntamiento fuera el titular del hospital y a la vista está que, viendo el resultado económico, el traspaso fue la mejor opción».

Mantener el convenio propio

La maquinaria para aprobar un nuevo convenio laboral para los 1.500 trabajadores del Hospital Sant Joan de Reus se pone en marcha. Hoy está previsto que se produzca la constitución de la mesa negociadora, con la intención de iniciar las conversaciones propiamente dichas pasado el verano, a partir de septiembre. El documento vigente, que se aprobó a principios de 2021, se encuentra en situación de prórroga. La voluntad de los trabajadores es mantener un convenio propio y no perder derechos. Este será el primer acuerdo que salga adelante después de formalizarse paso del Sant Joan a manos de la Generalitat.