Cómo climatizar la casa sin dejarse una fortuna

Dadas las altas temperaturas es casi inevitable recurrir al aire condicionado. Aun así, es posible escapar del calor sin incrementar en exceso la factura de la luz

En plena ola de calor y, sobre todo, si pensamos que probablemente este será el verano más frío de los que vendrán, las altas temperaturas se convierten en un problema y motivo de una gran frustración. Los termómetros se disparan y llegan las noches sin dormir, insuficientes corrientes de aire y la ducha solo salva unos instantes. La solución más sencilla para contrarrestar estos inconvenientes de la época más calurosa del año es poner el aire acondicionado.

Porque sí, es posible sobrellevar el calor sin que la tarifa de la luz se dispare por completo. Se puede ahorrar electricidad en verano y conseguir, al mismo tiempo, una buena climatización. A través de numerosos consejos, que no se dispare el gasto será una realidad.

Hay una serie de pasos que podemos seguir en casa en primer lugar. Antes de elegir un sistema de aire acondicionado, es importante conocer las características del hogar: orientación, materiales, diseño de construcción, número de habitantes, actividades que se desarrollan en él o incluso la edad de las personas. Aunque se suele establecer en 26 ºC la temperatura óptima para interiores en verano, es clave determinar qué factores y cómo afectan a la climatización de nuestra casa. También, es necesario revisar el aislamiento térmico de techos, paredes y muros porque, si en invierno nos preocupa que se escape la calefacción, un aislamiento incorrecto dejará pasar el calor exterior durante el verano. Otro consejo básico es mantener las ventanas cerradas durante el día y cerrar aquellas habitaciones que no queramos mantener frescas.

Al mismo tiempo, es esencial elegir el equipo que más se ajuste a tus necesidades. Preferiblemente, además, es mejor comprar aparatos de bajo consumo, es decir, de mayor eficiencia energética (A+, A++ o A+++). Serán más caros, pero la factura de la luz será más barata y, al final, compensará la inversión. Una vez instalados y en funcionamiento, es importante limpiar los filtros del aire acondicionado antes y después de un uso prolongo. O lo que es lo mismo, a principios y a finales de cada verano. Un mantenimiento regular de las máquinas permitirá que estas funcionen correctamente, que el polvo no se acumule, se evitarán malos olores, el aire que expulse será más limpio y más sano –sin suciedad ni bacterias, para evitar problemas respiratorios– y los aparatos durarán más tiempo en buen estado y sin averías.

En cuanto a la temperatura estándar, se recomienda un uso responsable de los aparatos de aire acondicionado. Primero, es necesario valorar el contraste de temperaturas entre exterior e interior. Si hay mucha diferencia, resultará más caro enfriar el hogar porque tendrán que consumir más energía. Tampoco hace falta refrescar en exceso, que la temperatura sea excesivamente baja, ya que puede derivar a su vez a afecciones respiratorias o resfriados producidos por los cambios bruscos. Más allá de encender el aire acondicionado solo cuando sea necesario y acordarse de apagarlo, una solución fácil es programar el termostato para que cuando la temperatura ambiente supere la cifra fijada este empiece a funcionar automáticamente.

Con todo, es recomendable elegir tarifas de la luz que garanticen un precio estable «independientemente» del consumo. Algunas empresas energéticas, como Endesa, ofrecen múltiples opciones (https://www.endesa.com/ca/cataleg/llum) para que el importe de tu factura no se multiplique de forma desorbitada. Es más, ante las fluctuaciones diarias de la luz en el mercado regulado, la empresa ha bajado precios de sus tarifas a través de un 20% de descuento en cuanto al consumo eléctrico para aquellos clientes residenciales que así lo contraten.

Si pese a todo, decides pasar el verano sin recurrir al aire acondicionado, existen otras alternativas. Desde optar por un ventilador de techo o portátil, vestir ropa ligera y de algodón o cocinar platos fríos, hasta colocar toldos, cortinas y persianas, en aquellas ventanas con mayor incidencia directa del sol durante el día, o vegetación en las terrazas. También, puede ayudar ventilar la casa en las horas de menos calor, bajar el colchón al suelo, evitar las digestiones pesadas y, sobre todo, estar bien hidratado en todo momento.

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