¿Cómo es el aire que respiramos en Tarragona?
El estudio que, tras meses de bloqueo, ha adjudicado el Ayuntamiento, medirá la contaminación en seis puntos del municipio y analizará su relación con las situaciones meteorológicas, las estaciones del año, las emisiones industriales y los episodios de malos olores. Los resultados, en diciembre de 2028/enero de 2029

Fumata blanca –con retraso– del estudio de la calidad del aire de Tarragona. Después de haberlo licitado en marzo de 2023 y de haber pedido hasta un año de moratoria, el Ayuntamiento de Tarragona lo adjudicará a regañadientes a la Universitat Politècnica de Catalunya.
A regañadientes porque el consistorio considera que «los resultados que puedan extraerse a nivel municipal no serán representativos de la totalidad de la realidad de los municipios con proximidad a los polígonos químicos y petroquímicos, ya que [el estudio] solo podrá ejecutarse en el término municipal de Tarragona y sin ninguna competencia para ir a las diferentes empresas».
Es por ese motivo por el que el Ayuntamiento quiere que sea el Govern de la Generalitat de Catalunya, a través de la Taula de la Qualitat de l’Aire (que, por cierto, lleva cuatro años sin reunirse), el que deba llevar a cabo «un estudio completo, extenso y con garantías».
Por eso, las peticiones de prórroga del gobierno municipal venían motivadas por la voluntad de que los presupuestos de la Generalitat incluyeran una ampliación presupuestaria «para hacer frente al estudio de manera supramunicipal». No obstante, como no ha habido presupuestos, no se ha concretado ninguna alternativa.
¿Qué se hará?
La voluntad del futuro estudio será la de medir hasta 72 compuestos orgánicos volátiles (COV) en seis puntos del municipio. Son puntos que todavía están por determinar, aunque la intención es que haya mínimo uno en cada distrito (Ponent, Eixample, Centre, Nord y Llevant). Se priorizarán las zonas con más densidad de población, como Ponent, Eixample y Centre.
Con los datos sobre la mesa, se analizará su correlación con las diferentes situaciones meteorológicas, las estaciones del año, las emisiones industriales y los episodios de malos olores.
El análisis también deberá concretar si algún producto supera los límites de la normativa o recomendaciones catalana, española, europea, de cualquier otro país o de instituciones «de reconocido prestigio». También se hará un informe de riesgo para valorar la posible afectación de los compuestos y sus datos sobre la salud de las personas.
¿Cómo se articulará todo? Primero habrá un estudio previo de contaminantes que puedan estar presentes en Tarragona y se clasificará su peligrosidad y su contaminación olfactiva. Posteriormente, habrá un nuevo informe para identificar las zonas de la ciudad más potencialmente afectadas por los focos de emisión, crear mapas de concentraciones, y determinar en qué seis puntos se ubican los aparatos de medición. Esto se alargará durante tres meses.
Después de la instalación, se recogerán las muestras y se analizarán para así identificar los compuestos presentes en el ambiente y determinar su concentración. Además, cada año se analizará cuáles pueden ser los focos emisores de los episodios de contaminación y su afectación a la salud. Todos los valores deberán compararse con datos de referencia.
En total, el estudio se alargará durante dos años y siete meses, aunque tendrán que pasar doce meses más hasta que se presenten en público las conclusiones finales del estudio. Con lo cual, hasta diciembre de 2028/enero de 2029 nada se hará público.
Una preocupación ciudadana
La ciudadanía de Tarragona ha reclamado en diferentes ocasiones que se lleven a cabo estudios para determinar la calidad del aire que se respira en el territorio. Hay diversas instituciones que llevan a cabo proyectos en esta línea. La Generalitat de Catalunya dispone de la Xarxa de vigilància i previsió de la contaminació atmosfèrica (XVPCA), que, en la ciudad, cuenta con estaciones en Bonavista, el Parc de la Ciutat, Sant Salvador y la Universitat Laboral.
Estas miden uno de los compuestos que el Ayuntamiento quiere analizar, que es el benceno, un elemento cancerígeno y nocivo para la salud, que también se encuentra presente en los estudios que cada año presenta el Observatori de la qualitat de l’aire del Camp de Tarragona, una iniciativa privada impulsada por la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), Repsol y el Institut Cerdà.