La economía de Tarragona crece, pero no llega a cifras prepandemia

El incremento del 5,1% de la riqueza generada en la demarcación, catapultado por la subida del 9,3% de los servicios y del 3,9% de la construcción, se ve mermado por la caída interanual de un 2,2% de la industria y de un 13,6% del sector primario

El tejido económico de la demarcación de Tarragona generó en 2022 un 5,1% más de riqueza que en 2021, cuando el crecimiento fue del 7,6% con respecto a 2020. Son registros que serían excepcionales si no fuera por la caída manifiesta del 14,9% en 2020, a causa de la pandemia.

En este sentido, y pese a haber crecido, la economía tarraconense está aún un 3,7% por debajo de los registros de 2019. Son datos que pone de manifiesto el Anuari Econòmic Comarcal 2023, elaborado y publicado por BBVA.

En el Camp de Tarragona, a pesar del avance del valor agregado bruto (VAB) –que mide la riqueza generada– del sector terciario en un 9,3% en 2022, la caída del 2,9% en el sector industrial situó el incremento de la riqueza en un 5,4%, algo por debajo de la media catalana del 5,6%.

En las Terres de l’Ebre, el crecimiento de los servicios un 9,2%, sumado al 5,1% de impulso de la construcción, hicieron que el aumento del VAB fuera del 4,2%.

En palabras del catedrático emérito de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y director del estudio, Josep Oliver, durante la presentación del Anuari, «a pesar de que el crecimiento económico fue fuerte y destacable, no se ha llegado aún a las cifras del año 2019».

Pese a que la recuperación no se haya dado aún a nivel general, sí que hay dos comarcas en Tarragona –siete en toda Catalunya– que superan niveles prepandémicos: el Montsià y el Baix Ebre. En palabras de Oliver, «seguramente esto se deba a que su caída en 2020 fue menor que la del resto del país».

El sector servicios es la clave para argumentar el crecimiento que tuvo Tarragona a lo largo de todo el 2022. Especialmente por los denominados como ‘servicios personales’, que incluyen la hostelería, el ámbito recreativo y de ocio, el transporte, el comercio y el sector inmobiliario. «El motor de 2022 es la recuperación de estas actividades», expuso Oliver.

Dichas actividades aportan más del 30% de la riqueza de toda la demarcación y son especialmente importantes en el Baix Penedès, el Baix Camp, el Montsià y el Baix Ebre, donde representan entre el 44,5% y el 37% del VAB.

Su crecimiento en Tarragona fue de más de un 13%, superior al 10,2% de la media catalana, hecho que demuestra por qué este ámbito ha sido el potenciador de la recuperación económica.

Si también se tienen en cuenta los servicios privados no personales –los ‘productivos’: actividades de comunicaciones, de logística y financieras, entre otras– y los colectivos –sanidad, educación y entes locales–, el aumento del conjunto del sector servicios es del 9,3% en la demarcación y del 7,9% en Catalunya.

Motivo de esta mejora fueron las pernoctaciones en la Costa Daurada, que se dispararon hasta los 8,8 millones –más del doble que en 2021, pero sin alcanzar cifras prepandemia–. No obstante, en las Terres de l’Ebre, donde se llegó a 728.000, sí que se superaron las de 2019.

De igual forma, influyó el crecimiento del tráfico de pasajeros tanto en el aeropuerto de Reus como en el Port de Tarragona. La infraestructura reusense llegó a más de 911.000 usuarios, dato que representó un incremento del 476,6% en comparación con 2021, pero que aún fue un 12,8% inferior a 2019. Por su parte, el Port acogió en 2022 un total de 64.000 viajeros, lejos aún del récord de 128.000 al que se llegó en 2019.

Problema para el tejido industrial

«Fue un año difícil para la industria», apuntó Oliver. Es un sector que cayó, en más o menos medida, en todas las demarcaciones catalanas, siendo Tarragona la segunda donde lo hizo con más fuerza, con un 2,2%.

La alimentaria, la química y la energética redujeron su VAB en 2022 en un 1,8%, un 4,2% y un 1% respectivamente. Hay que tener en cuenta aquí que la manufactura de los alimentos representa un 9,1% de la economía de Tarragona, mientras que la química es un 18,3% (un 31% en el Camp), y la energía un 43,4% (un 63,3% en el Ebre).

Esta reducción coincide con un récord de exportaciones de 10.500 millones de euros en la demarcación. «La producción no se ha visto resentida, pero cuando se suman los gastos de infraestructura, energía y primeras materias, el VAB resultante baja», destacó Oliver. Son las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania.

La de la industria es una dinámica contraria a la que tuvo la construcción: subió un 3,9% y las 2.085 viviendas iniciadas superaron con creces las 1.559 de 2021 y se quedaron cerca de las 2.206 de 2019: «Este aumento puede estar relacionado con el crecimiento demográfico vinculado a la nueva ola migratoria, pese a que, por el momento, es una especulación», manifestó el catedrático.

El sector primario, muy castigado

«2022 fue un año muy malo para el sector primario, tanto para la agricultura, donde las caídas de producción fueron muy severas, como para la ganadería, donde el incremento de costes de los piensos y otras materias desembocó en una caída del VAB», apuntó Josep Oliver.

No es una cuestión exclusivamente de Tarragona, sino que afecta a toda Catalunya. Tanto que, según Oliver, «las perspectivas de lo que está observándose durante este año 2023 no apuntan a que haya mejoras».

En Tarragona, la caída de la riqueza generada fue del 13,6%. Destacó especialmente la reducción de las producciones agrícolas, que se vieron mermadas en un 23,5%, mientras que el sector ganadero perdió un 4,4%. Sin embargo, la pesca mejoró un 4% mientras que las producciones forestales y acuícolas se incrementaron en un 7,7%.

Yendo al detalle, se observa que el sector primario registró caídas en todas las comarcas de la demarcación de Tarragona y en todos los territorios de Catalunya, siendo el Pla de Lleida el más perjudicado, con una pérdida generalizada del 22,9%.

La sequía iniciada durante 2022, unida al incremento de los costes de producción a raíz de la inflación, es uno de los factores que ha provocado que el sector primario haya visto tan dañada su economía. Lamentablemente, 2023 ha continuado e incluso acentuado una dinámica que ya venía siendo negativa.

La economía general de Tarragona evoluciona al alza, pese a que todavía no ha podido igualar las cifras previas a la pandemia. Con el sector servicios al frente, la caída de la industria por el incremento de precios ha lastrado el crecimiento de la demarcación.