El acusado de matar a una anciana de 91 en TGN estaba «afectado, arrepentido y abatido», según los Mossos

La defensa solicita la absolución porque sostiene que tenía anuladas sus facultades por un trastorno mental

El hombre acusado de matar a una mujer de 91 años en marzo de 2021 en Tarragona estaba «afectado, arrepentido y abatido», pero su declaración era «coherente y lógica». Así lo han afirmado testigos de los Mossos d’Esquadra que le tomaron declaración cuando confesó que había asfixiado a su familiar.

Los agentes han declarado este lunes en la primera sesión del juicio con jurado popular, que se celebra en la Audiencia. El abogado de la defensa pide la absolución o, alternativamente, dos años y seis meses de prisión por un delito de homicidio. Argumenta que el investigado tenía anuladas sus facultades volitivas y intel·lectives porque sufre un trastorno mental. El fiscal, que solicita catorce años y seis meses, alega que no las tenía afectadas.

De hecho, el ministerio fiscal afirma que no niega que el acusado sufra un trastorno mental o depresivo, pero considera que sus capacidades cognitivas y intelectivas no estaban afectadas en el momento de los hechos, tal y como señala la defensa.

La fiscalía también ha apuntado en su alegato inicial que el móvil del crimen podría ser económico, puesto que la víctima –prima del suegro del acusado-, tenía una suma significativa de dinero en dos cuentas bancarias. En cambio, para el letrado de la defensa, el hombre tenía sus facultades «anuladas» por un trastorno mental transitorio. «Se trata de un acto irracional, que salía de toda persona normal, un acto que se hace de manera irreflexiva», ha argumentado el abogado.

Mossos de Barcelona y de Tarragona

En el primer día de juicio, han declarado varios mossos que participaron tanto en la declaración de confesión tomada en una comisaría de San Andreu de Barcelona, como los agentes de Tarragona que certificaron que había un cadáver en el domicilio de la calle Pin y Soler, donde residía la víctima.

Los testigos han relatado que el hombre confesó que se había marchado de Barcelona para dirigirse hacia casa de la tía de su mujer para acompañarla a vacunarse contra la covid. Según los policías, el investigado entró a la vivienda con las claves, cogió una almohada del comedor y la asfixió mientras la mujer dormía en su habitación.

Intentó protegerse

Uno de los testigos ha declarado que el acusado le explicó que la asfixió con la almohada y que la víctima intentó protegerse con un acto reflejo poniendo la mano entre su cara y la almohada. «Entonces, dice, le tapó la boca y la nariz para ahogarla, tenía la duda si lo había podido matar o no», atestigua uno de los agentes. Según declaró el procesado en la confesión, tanto su suegro como la mujer muerta le hacían la vida imposible. Otro de los policías que ha atestiguado este lunes ha afirmado que el hombre confesó que ya había tenido la «fantasía» de matar la anciana antes de los hechos.

A su vez, también ha destacado que el procesado estaba nervioso y abatido cuando le tomaban declaración. «Tenía problemas de comprensión? Jefe. Entendía las preguntas? Sí, las entendía, era coherente y lógico, no encontramos nada extraño», ha respondido el policía a preguntas del fiscal.

Los agentes también han explicado que no le hicieron ningún reconocimiento médico -para determinar si tenía afectadas sus capacidades- durante su confesión y que no recuerdan que les manifestase que sufría un trastorno mental.

Los agentes que fueron hasta el domicilio para comprobar si la mujer estaba muerta han certificado que el piso estaba aseado, con las ventanas bajadas y que no había luz, puesto que el diferencial estaba bajado. También han indicado que el cadáver estaba tumbado a la cama y que la mujer estaba vestida. Además, otro mosso ha detallado que las muestras extraídas de la almohada había ADN de la víctima y del acusado.

En la primera sesión del juicio, también ha declarado una vecina, por videoconferencia, que ha explicado que la víctima se encontraba «desorientada» desde noviembre del 2019 y que la trucaba a la puerta para decirle que no sabía donde era. Además, ha atestiguado que conocía el investigado porque lo había visto varias veces al rellano del edificio y porque se habían enviado mensajes cuando él no localizaba a la mujer grande. Así mismo, la vecina ha dicho que el acusado visitaba la víctima con frecuencia. El juicio continuará este martes con las declaraciones de más testigos y el acusado está previsto que declare jueves.