El Col·legi de Metges de Tarragona pide seguridad tras las agresiones a los médicos del ICAM
Los facultativos denuncian un incremento de la frecuencia e intensidad de los ataques físicos y verbales por parte de los usuarios. Cinco profesionales han abandonado el servicio

El último caso tuvo lugar el pasado mes de marzo: tres médicos fueron agredidos por un usuario y uno de ellos, herido grave, tuvo que ser trasladado al hospital en ambulancia debido a un traumatismo craneal y diversas contusiones.
No se trata de un hecho aislado. Desde el Col·legi Oficial de Metges de Tarragona denuncian que el incremento de las situaciones de violencia que están viveindo en la Subdirecció General d’Avaluacions Mèdiques (SGAM, comúnmente conocida como ICAM) han generado una situación de total indefensión por parte de los profesionales que prestan allí sus servicios.
El presidente del Col·legi, Sergi Boada, explica que las agresiones verbales (en forma de amenazas e insultos) y físicas se vienen produciendo desde hace años; igual que los destrozos en consultas y pasillos. No obstante, igual que en el resto de especialidades médicas, las agresiones se han repuntado después de la pandemia. Los hechos de marzo fueron la gota que colmó el vaso.
Los médicos evaluadores que trabajan en este servicio se encargan de gestionar altas y bajas de pacientes con incapacidad laboral. La mayoría son médicos de familia, aunque también los hay que provienen de otras especialidades y para formar parte del servicio tienen que superar unas oposiciones específicas. Señala Boada que las difíciles condiciones en las que trabajan han hecho que en los últimos tiempos cinco facultativos abandonen en el servicio.
Vigilancia de seguridad
En vista de la situación, el colegio pide a la Generalitat que implemente una serie de medidas de seguridad para que todo el personal que trabaja en el servicio pueda realizar su trabajo con garantías.
Piden, en concreto, la presencia de un vigilante de seguridad durante toda la jornada laboral, la nstalación de un arco de detección de metales en el acceso a las
dependencias de la SGAM y la instalación de cámaras de seguridad en las zonas comunes.
Y es que el espacio físico en el que se encuentran tampoco ayuda. En el caso de Tarragona el servicio funciona en La Casa del Mar, un edificio de la Generalitat compartido con el Departament de Drets Socials que organiza allí distintas actividades para la ciudadanía.
Hace años que desde el Departament de Salut se les ha anunciado el traslado a un espacio a un espacio en el que solo funcionaría el servicio, pero nunca se ha concretado.
En este sentido explica Boada, como en muchos otros, los profesionales de Tarragona y Terres de l’Ebre trabajan en peores condiciones que los de otras partes de Catalunya.
Debido al clima de inseguridad que viven estos médicos también han propuesto otras medidas como contar con un párking cercano ya que el camino hasta el coche es uno de los momentos que describen como de mayor riesgo.
Proponen, además, que sea posible comunicar el alta a los pacientes ‘en diferido’ es decir, por escrito a domicilio, y no presencialmente, en la visita como hasta ahora, porque el momento en que a un paciente se le comunica el alta suele ser donde mayoritariamente se producen los conflictos.
También consideran que el informe de alta debería estar firmado en nombre de la unidad y no del facultativo, ya que esto permite que los médicos puedan sufrir represalias posteriores fuera del trabajo.
Desde el colegio apuntan que es crucial «reconocer la actividad inspectora que realizan estos profesionales. Una actividad que tiene que estar asociada a unas calificaciones y retribuciones de acuerdo con la responsabilidad y la peligrosidad que asumen los médicos del SGAM y sin olvidar el plus de peligrosidad».
Consultados al respecto desde la Regió Sanitària Camp de Tarragona del Departament de Salut señalan que «hay constancia de la problemática y se ofrece todo el apoyo posible a los profesionales. Ahora se trabaja para buscar soluciones efectivas».
Faltan efectivos
A estas situaciones, explican, hay que sumar un contexto de falta personal. «Es fundamental ampliar el capítulo de recursos humanos debido al incremento de la actividad asistencial» dice Boada, quien reconoce que en la profesión, en general, hay «un problema demográfico» de número de médicos.
Joan Llort, secretario general de UGT en Tarragona, también coincide en la falta de medios para atender correctamente a los pacientes: «no hay no espacio ni personal suficientes».
El sindicato ha denunciado con insistencia problemas en el funcionamiento del sistema de altas y bajas, que además suele ser intrincado y difícil de entender para el trabajador.
En todo caso es categórico en condenar las agresiones. Afirma que son «intolerables» y que cualquier paciente que no esté de acuerdo con el resultado de un tribunal médico, tiene vías para denunciarlo.