El Fortí de Sant Jordi podría reabrir sus puertas para Santa Tecla

Con retraso respecto a lo inicialmente previsto, pero ahora sí, el proyecto para la recuperación del Fortí de Sant Jordi está en marcha. Después de que hace unos días saliese a licitación pública la actuación de obras para la reapertura al público, ayer el concejal de Patrimoni, Hermán Pinedo, apuntó que el objetivo es que «de cara a las fiestas de Santa Tecla esto esté abierto». Y, en este sentido, ya se han producido las primeras conversaciones con los departamentos de Cultura y Joventut del Ayuntamiento para que este entorno privilegiado se incorpore a la lista de recintos para actividades y conciertos de Tarragona.

«El objetivo es recuperar un espacio para la ciudad, perdido desde hace demasiado tiempo, ofreciendo una alternativa no tan solo a nivel de patrimonio sino también a nivel social y cultural», argumentó Pinedo.

La fortificación inglesa del siglo XVIII presenta un estado de abandono importante. El patio de armas está lleno de hierbas y maleza, que tendrán que limpiarse. No obstante, la estructura no presenta daños, por lo que la intervención que se ha previsto será «sencilla». Esta se centra en aspectos de accesibilidad y seguridad, así como también se instalará mobiliario urbano para el uso y disfrute de la gente.

En cuanto al exterior está previsto que se instale un aparcabicis y una barandilla de seguridad en la rampa de acceso, que tendrá una capa de jabre con vegetación. También se reforzará la puerta de entrada. En cuanto al interior, está previsto que se hagan las actuaciones necesarias para acceder al camino de ronda y al mirador desde el patio de armas, con barandillas y pasamanos.

En la zona del patio se generará una zona de sombras con tres pérgolas y bancos. Asimismo, en la parte de arriba se habilitará una pequeña ‘terraza’ para disfrutar de las vistas sobre el litoral y la fachada marítima de la ciudad. La intervención también prevé la instalación de una franja de luces con tecnología led para que pueda utilizarse durante la noche. Con todo, la inversión prevista asciende a 250.000 euros.

Ahora las empresas tienen hasta el 11 de abril para optar a la adjudicación, de forma que las obras podrían «iniciarse en verano», para que en septiembre el Fortí de Sant Jordi pueda reabrir sus puertas de cara al público. Pinedo explicó que el funcionamiento será similar al del parque de la Quinta de Sant Rafael, de forma que se abrirá por la mañana y cerrará por la noche.

El responsable de Patrimoni del Ayuntamiento de Tarragona defendió que «sobre todo nos hemos centrado en que sea una actuación sostenible en el tiempo y que no sea una cosa de abrir hoy y dentro de dos meses vuelva a estar cerrado». Y este ha sido uno de los motivos que han demorado una intervención, cuyo proyecto hace más de un año que está redactado. «Uno de los problemas que teníamos es que el proyecto fuera sostenible a nivel económico y esto ha tenido que trabajarse», indicó Pinedo quien, por otro lado, se justificaba por «las dificultades de tramitación interna» del Ayuntamiento.

Para más adelante quedará la segunda fase, que debe permitir la instalación de unos baños, ya que esto comportaba una parte de obras que necesitaba el visto bueno de la Comissió de Patrimoni de la Generalitat. Asimismo, faltará por recuperar la parte de abajo, donde se encuentra un pequeño almacén de forma abovedada que, aunque está cerrado, acumula algunas botellas y residuos en su interior.

Finalmente, Pinedo defendió que, con la reapertura del antiguo fortín, quiere «generarse un nuevo polo de atracción patrimonial y de ocio en la ciudad». De hecho, a escasos metros hay otro de los elementos de interés que muchos tarraconenses no han podido visitar nunca, como es el Cementiri dels Jans. Durante mucho tiempo se estuvo hablando con la embajada de Reino Unido para su cesión al Ayuntamiento, unas conversaciones que recientemente «se han retomado» y «todo apunta que estamos cerca de llegar a un acuerdo».

En el año 2005 se daba a conocer un proyecto para la recuperación del Fortí de Sant Jordi. Este debía albergar un museo y centro de estudios oceanográficos, una iniciativa liderada desde el Ayuntamiento de Tarragona con la Societat d’Exploracions Submarines, que buscaba generar un espacio destinado a actividades lúdicas, culturales y científicas relacionadas con el mundo del mar y el patrimonio histórico.

El objetivo era implicar instituciones como la URV, la Aeqt y la Autoritat Portuària, para salir a buscar dinero a nivel europeo y convertir este entorno en «la puerta de la futura fachada marítima», según se argumentó desde el Consistorio.