La ciudad recupera Santa Tecla la Vella después de sesenta años

Durante este mes de marzo la ciudadanía podrá conocer de forma gratuita la antigua capilla construida en 1250 y sus jardines, que se incorporarán a la visita de la Catedral. La inversión realizada asciende a 33.000 euros

Los amantes del patrimonio de Tarragona están de enhorabuena, después que ayer reabrieron al público la capilla y los jardines de Santa Tecla la Vella, cerrados desde hace más de sesenta años. El espacio constituye una magnífica muestra del arte funerario de todos los tiempos, por lo que ayer todas las instituciones que han participado en este proyecto se felicitaban, tras una colaboración que refuerza el atractivo patrimonial de la Catedral y, por ende, del conjunto de la ciudad. «Esto no tan solo es el patrimonio de la Iglesia, sino de toda la ciudad y del país», decía el director del Museu Bíblic, Andreu Muñoz.

La actuación se ha llevado a cabo como colofón de los actos de conmemoración del 700 aniversario de la llegada de la reliquia del brazo de Santa Tecla en la ciudad. De hecho, según explicó el alcalde, Pau Ricomà, «el proceso empezó hace dos años después del pregón de Semana Santa». A partir de ahí, Museu Diocesà, Arzobispado, Ayuntamiento, Diputació y Cultura de la Generalitat empezaban a trabajar en un proyecto que se presentaba de forma pública el 7 de noviembre y que ayer se convertía en una realidad.

Gracias a este, la ciudadanía puede conocer las interioridades de la capilla de Santa Tecla la Vella, construida a mediados del siglo XIII, en el espacio en el que hace más de 2.000 años se irguió el Recinto de Culto Imperial. La sobriedad de la arquitectura, influenciada por el orden del Cister, contrasta con su importancia, ya que en su interior fueron enterrados obispos y canónigos destacados.

En el año 1869 se transformó en museo lapidario y hacia 1970 en almacén de reservas del Museu Diocesà, por lo que el jardín estaba colapsado y no podía entrarse en la capilla. «Creímos que debíamos acometer una transformación profunda reordenando el relato del museo», explicó Muñoz. Durante estos meses se han catalogado las cerca de 1.700 piezas de los jardines y los materiales constructivos se han trasladado al antiguo campo del Roqueral. En cuanto a las lapidas, estas se han trasladado al nuevo espacio del Museu Bíblic. Finalmente, se ha hecho una actuación para poner en valor la capilla y se ha hecho una intervención «básica» en el jardín. Unas actuaciones por valor de 33.000 euros, que han contribuido a realzar el interés de un espacio que ha evolucionado continuamente en sus 2.000 años de historia.

Hasta el 31 de marzo los tarraconenses podrán conocerlo de forma gratuita, todos los días de 10 a 13 horas de la mañana. A partir de ahí, la visita de Santa Tecla la Vella y sus jardines se incorporará dentro del circuito turístico de la Catedral.

Un proyecto de país

El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, no acudió a este acto inaugural ya que todavía se encuentra indispuesto a causa de una neumonía. En su lugar, la delegada de Cultura del Arzobispado, Maria Dolors Sardà, leía unas palabras que había escrito en las que se ponía en valor «el compromiso de la Iglesia de Tarragona en la recuperación de estos espacios».

Planellas también aseguraba que Santa Tecla la Vella constituye «una pieza más del ambicioso proyecto del nuevo Museu Diocesà, que queremos que sea uno de los más importantes de la Península Ibérica». Aprovechando que entre el auditorio estaban algunos de los principales representantes de las instituciones del territorio, también se refirió a este proyecto Andreu Muñoz.

Muñoz explicó las líneas estratégicas de una actuación muy ambiciosa, que quiere poner en valor «un contenido espectacular, dentro de un continente espectacular». La inversión asciende a cuatro millones de euros y, al respecto, hacia un llamamiento al auditorio para que se involucre. «No es un proyecto de ciudad, es un proyecto de país y una fuente turística de calado», argumentó.