La falta de una especialidad MIR de Urgencias dificulta el relevo generacional

Los médicos de Urgencias advierten que los servicios tendrán problemas para cubrir las jubilaciones de los próximos años y reclaman que se reconozca su especialidad

La falta de médicos es una realidad que hace tiempo que el sector viene denunciando, especialmente en algunas especialidades como las de Medicina de Familia o Pediatría. Aunque se trata de un problema genérico, es cierto que algunas especialidades lo viven con mayor preocupación debido a sus características específicas.

Las Urgencias es una de ellas. Como la principal puerta de entrada de los hospitales, estos servicios están acostumbrados a vivir tensionados y a tener que convivir con las críticas de los usuarios por el tiempo de espera para ser atendidos.

En Urgencias también faltan profesionales y en los próximos años se esperan problemas para garantizar el relevo generacional cuando se jubilen muchos de sus médicos que, a día de hoy, tienen 50 o más años. Pero la situación se convierte en más delicada si tenemos en cuenta que no existe una especialidad MIR de Urgencias que cada año garantice la formación de un número determinado de médicos.

Los urgenciólogos llevan muchos años reclamando que se reconozca su especialidad y alertan de que los servicios de Urgencias y Emergencias, que soportan una sobrecarga de pacientes, se enfrentan además a dificultades para garantizar el relevo generacional, por culpa de la carencia de personal formado específicamente para este servicio.

Silvia Flores, miembro de la junta de la Societat Catalana d’Urgències i Emergències, explica al Diari que «Urgencias es la especialidad con los horarios más penosos. No generamos especialistas y nos nutrimos básicamente de médicos internistas y de familia que, durante su vida labora, van haciendo urgencias hasta que se hacen mayores y prefieren volver a Primaria o Medicina Interna».

Flores tiene muy claro que «es clave poder contar con una especialidad vía MIR por varios motivos. En primer lugar, para que los especialistas salgan bien formados. La formación que se acerca más es la de médico de familia, pero al final los médicos de Urgencias tienen que autoformarse para ser un buen urgenciólogo. El sistema MIR te garantiza una formación homogénea. Es nuestra principal demanda, para que todos los médicos de Urgencias trabajemos igual, independientemente en el hospital que sea».

Otra dificultad a la que se enfrentan es que «no tenemos capacidad para trabajar en el extranjero. Sólo hay tres países de Europa, entre ellos España, donde no está reconocida la especialidad y si queremos salir al extranjero nos piden la especialidad», explica Silvia Flores, quien añade que «también es necesaria para hacer una planificación exacta de cuántos especialistas necesitamos cada año. En otras especialidades pueden hacer previsiones de cuántos especialistas saldrán cada año y podrán contar con ellos vía MIR. Nosotros no».

Por último, esta miembro de la junta de la Societat Catalana d’Urgències i Emergències aclara que «Urgencias es un servicio muy duro, donde no se puede negociar un tope de visitas ni decir nunca que no. Por eso, si tenemos picos de visitas y faltan medios toca doblar turnos, pero nunca se puede cerrar la consulta».

Desde el Col·legi de Metges de Tarragona también están de acuerdo en que «se regule la especialidad de Urgencias vía MIR», explica su vicepresidenta, Carme Boqué, quien recuerda que «estamos ante un servicio bastante complejo, que no cuenta con especialistas propios y que acaba nutriéndose de médicos con formaciones diferentes, desde médicos de familia, internistas, algunos sin ninguna especialidad, o extracomunitarios».

El problema se agrava, según Boqué, si tenemos en cuenta que «estamos ante un servicio duro y contínuo, el mismo a cualquier hora del día. Y físicamente muy exigente. Hay muchos médicos de Urgencias que se están empezando a hacer mayores sin que haya un recambio propio de la especialidad, porque ésta no existe».

La vicepresidenta del Col·legi de Metges de Tarragona alerta que «esto no es bueno, porque no existe un recambio fijo como pasa con el resto de especialidades y no se pueden hacer previsiones. Se trata de un servicio tensionado en el que se están incrementado continuamente las asistencias, pero sin que haya un recambio directo para los que se van a jubilar en los próximos años debido a que no hay una especialidad».

En busca de apoyos

La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias sigue recabando apoyos para la aprobación de su especialidad vía MIR por parte del Gobierno de España. En julio del año pasado fue aprobado el Real Decreto que regula la especialidades en Ciencias de la Salud y actualmente existe una propuesta sobre la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias, que cuenta con el apoyo de la mayoría de Comunidades Autónomas y solo está pendiente de ser aprobada por la Comisión de Recursos Humanos.

El presidente de SEMES, Tato Vázquez Lima, inició hace tiempo una ronda de contactos consiguiendo el apoyo mayoritario de los grupos parlamentarios del Senado, tras una comparecencia ante la Comisión de Sanidad. Asimismo, ha mantenido contactos con líderes políticos y sindicales.

Vázquez Lima recordabas hace pocos días que «confiamos en una rápida solución en las próximas semanas y, con ello, el Gobierno de España hará posible que los pacientes españoles puedan ser atendidos por especialistas con una formación reglada, homogénea y reconocida, tal y como se merecen nuestros ciudadanos».

Reconocimiento europeo

El presidente de SEMES se reunió hace pocos días con Jim Connolly, presidente de la European Society for Emergency Medicine, quien recordó que «la especialidad existe desde hace más de 50 años en países como el Reino Unido, y debe aprobarse ya en España. Llama mucho la atención que en España sí exista en el ámbito militar. El sistema sanitario español se va a quedar en la cola de Europa». Connolly añadía que «los urgenciólogos españoles son muy valorados a nivel internacional, y se dedican a formar en esta especialidad en muchísimos países de todo el mundo, mientras que son ignorados en su propio país, España».

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