Parc Central logró ampliar la ciudad hace ahora 25 años

El centro comercial supuso un cambio importante para Tarragona, tanto a nivel comercial como urbanístico. Un cuarto de siglo después de su llegada, los implicados en el proyecto hacen una valoración

La llegada de Parc Central a Tarragona, hace ahora 25 años, cambió para siempre la organización urbanística de la ciudad. «Hasta entonces, Tarragona terminaba en la avenida Ramón y Cajal. El resto era río y montones de cañas desordenados», recuerdan algunos vecinos de la zona. Parc Central –o lo que durante muchos años se ha conocido popularmente como el Eroski– consiguió trasladar los hábitos de los tarraconenses, tanto comerciales como sociales, hasta este punto. Fue entonces cuando se urbanizó buena parte de su entorno, como es el caso de la avenida Vidal i Barraquer. Además, los pisos de alrededor del equipamiento se revalorizaron y se construyeron de nuevos, convirtiéndose en la actualidad en una de las zonas más cotizadas de la ciudad. Tras la crisis más importante de la historia, Parc Central sobrevive y muestra mejor salud que nunca.

El 14 de mayo de 1997, el centro comercial abría sus puertas por primera vez para las autoridades políticas de la ciudad. El día siguiente, día 15, lo hacía para la población en general. El centro comercial se construyó en unos terrenos donde antiguamente había la fábrica de Gas Tarraconense.

Julián Ramos, responsable técnico de Parc Central, lleva desde el principio trabajando en el centro comercial. «El día de la inauguración fue una locura. Se rompieron todas las previsiones de afluencia. Incluso los vigilantes de seguridad controlaban las escaleras mecánicas», recuerda Ramos, quien añade que «era un edificio moderno, con unas instalaciones tecnológicas muy avanzadas». Eroski, la cadena de supermercados que estuvo en Parc Central hasta 2018, fue la promotora del proyecto.

La llegada del centro comercial supuso un impacto importante para la ciudad. El que fue concejal de Urbanisme del Ayuntamiento de Tarragona, durante la tramitación del plan, Àngel Fernández, lo explica así: «Fue una solución magnífica para esa zona. Desde el punto de vista urbanístico, se abrió la avenida Vidal i Barraquer, lo que permitió descargar de coches el centro de la ciudad. Además, a nivel comercial, la llegada de Parc Central significó el primer paso, la primera piedra, para que Tarragona se convirtiera en la capital comercial de la demarcación».

Josep Maria Ferran, presidente de la Associació de Veïns Verge del Carme –zona más próxima al Parc Central–, asegura que «hasta que llegó el centro comercial, esa zona era casi tercermundista. Su llegada supuso la regeneración de una parte del barrio, que hacía el contrapeso con las abandonadas Tabacalera Y Necrópolis. Además, la ciudad se amplió hasta el río, una zona hasta entonces desconocida por buena parte de la población».

Los pisos del entorno se revalorizaron considerablemente con la llegada de Parc Central. Incluso se construyeron de nuevos, como es el caso de las Torres Roma, las Catalunya o las Jardín. «Para nosotros, vender o alquilar un piso que está cerca del centro comercial es un valor añadido. También nos sirve para posicionar el apartamento», explica Joan Boronat, gerente de Finques Boronat, quien añade que «actualmente, el entorno de Parc Central es una zona valorada, no solo por el equipamiento comercial, sino también porqué las avenidas son anchas y los edificios son exteriores».

Salir reforzado de la crisis

Parc Central se inauguró con dos plantas. En la primera se encontraban la mayor parte de tiendas, a parte de los cines y los puestos de restauración, que se ubicaban en la plaza principal. En la planta baja había, entre otros, el supermercado Eroski. A lo largo de su vida se han llevado a cabo dos reformas integrales, una en 2010 y la otra en 2018. También una ampliación en 2014, que sumó una tercera planta al equipamiento, donde actualmente se encuentran concentrados la mayor parte de restaurantes y las salas de cine –las únicas que hay en el centro de la ciudad–.

Los responsables del equipamiento comercial confiesan que el día que se registró más afluencia de público a lo largo de esos 25 años fue cuando abrió la tienda Primark, el 14 de junio de 2017. «Las colas recorrían todas las instalaciones y llegaban incluso a la calle», recuerda Toni Renom, gerente adjunto de Parc Central.

Parc Central es uno de los pocos centros comerciales de nuestra demarcación que ha salido reforzado de la pandemia. Muestra de lo contrario es la Fira de Reus, donde cada vez es más habitual ver un local vacío. Actualmente, la marca Inditex –Zara, Mango, etc– apuesta solo por Parc Central en la provincia. «Actualmente nos encontramos casi al 100% de ocupación. Dos locales están reformándose y, recientemente, hemos abierto dos tiendas más, The Body Shop y Salsa», explica Francisco Lambea, gerente de Parc Central, quien añade que «nuestro centro goza de muy buena salud. Somos el referente comercial de toda la demarcación. Puede que parte de la clave sea que la oferta es muy variada: tiendas, ocio y restauración. Todo en uno. Los hábitos sociales han cambiado y nosotros nos hemos adaptado», argumenta Lambea.

Marcel Aulés es el claro ejemplo del éxito de Parc Central. Regenta la franquicia de Calzedonia, una marca de medias y ropa de playa, desde el año 1998, un año después de su inauguración. «Este centro comercial funciona con total autonomía respecto a las tiendas de la calle. Aquí nos regimos por unas normas internas, y alguna cosa estaremos haciendo bien cuando las grandes marcas se van del centro y abren aquí. La gente, ahora, quiere tenerlo todo al abasto en cuestión de veinte minutos», opina Aulés.

Además, Parc Central se ha convertido en los últimos años en punto de encuentro de jóvenes, que pasan las tardes en las inmediaciones del centro comercial. Parc Central ha sabido integrarse 100% a la rutina diaria de la ciudad.