Primeros pasos para que la Font dels Lleons de Tarragona sea visitable

La administración local quiere involucrar a la Generalitat en un proceso en el que se descarta la compra

El Ayuntamiento de Tarragona ya ha puesto la maquinaria en marcha para que la recuperación de la Font dels Lleons, sea una realidad «este mandato». Desde el ejecutivo que lidera Rubén Viñuales, ahora mismo se están estudiando las diferentes fórmulas que permitan llegar a un acuerdo con la propiedad, de forma que se garantice el acceso a un conjunto monumental que ha permanecido ‘escondido’ en el subsuelo de un edificio, siendo uno de los tesoros mejor guardados de la ciudad.

«Ahora mismo estamos estudiando el mecanismo que sea más adecuado, de forma que nos permita estar cómodos a todos y que el espacio sea visitable», apunta el concejal de Patrimoni, Nacho García. En esta operación, la administración local quiere «implicar» a la Generalitat de Catalunya. Y, al respecto, hace unos días se producía el primer contacto, a través de una reunión con la directora general de Patrimoni Cultural, Sònia Hernàndez; la directora de los Serveis Territorials de Cultura, Lurdes Malgrat; y la directora del Museu Nacional Arqueològic de Tarragona (MNAT), Mònica Borrell. «El objetivo es que entren en la operación y, de momento, no nos han dicho no», afirma el cuarto teniente de alcalde.

Todas las opciones, menos la compra

El hecho que desde Barcelona se haya dejado la puerta abierta y que «se esté valorando» ha dado alas a la administración local para seguir con la hoja de ruta. El siguiente paso es redactar una propuesta «más madura» para poder ponerla encima de la mesa de cara a los nuevos encuentros. Aquí se plantearán las diferentes opciones, que van desde la cesión de la propiedad a cambio de una permuta a la creación de una fundación público-privada, de forma que los primeros podrían asumir los gastos de musealización, mientras que los dueños podrían hacerse cargo de la gestión. «No sabemos la fórmula, por lo que debemos estudiar todos los mecanismos para encontrar un encaje que nos beneficie a todos y no perjudique a nadie», especifica García.

La única opción que descarta la administración local es la compra. «No hemos dicho nunca que el Ayuntamiento iba a comprar la Font dels Lleons», afirma con rotundidad el edil socialista. Esto dispararía los costes de la operación, ya que tan solo la compraventa se situaría en alrededor de los dos millones de euros. «Desde un primer momento, en las conversaciones que hemos tenido con la propiedad ya hemos dicho que nosotros no pagaríamos», dice García.

Más allá, se desconoce la inversión necesaria para que la Font dels Lleons sea visitable. En su momento, cuando se construyó el edificio en el cruce de las calles Pere Martell y Eivissa, se habilitó una puerta independiente que da acceso al yacimiento. Previamente este deberá reexcavarse y redactarse el proyecto de musealización de un recinto único por sus vestigios, que esconde una fuente romana de diecisiete metros de longitud. «Creo que esta parte podríamos asumirla», afirma el responsable municipal de Patrimoni, quien asegura que se están haciendo los números para conocer «cuándo podríamos tardar en recuperar la inversión, cobrando entrada».

Un conjunto único

La Font dels Lleons es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad, a la vez que los especialistas aseguran que constituyen «uno de los restos romanos más importantes localizados en Tarragona». Estos fueron localizados en el año 2000 a raíz de los trabajos de urbanización en un solar del Barri del Port. Como consecuencia, el promotor que estaba realizando los trabajos en cuestión consiguió la licencia para construir un edificio encima de los antiguos restos, mientras tenía que hacer una modificación del proyecto que impedía la construcción de un parking soterrado, preservando la fuente.

A partir de ahí se habría un debate de más de veinte años en los que, con mayor o menor intensidad, se ha hablado sobre la recuperación de este entorno.

Ubicada en el antiguo camino de la Fonteta, esta estructura constituye uno de los ejemplos más interesantes para ilustrar el consumo de agua en la antigua Tarraco. Este manantial natural, próximo al viejo poblado ibérico, fue monumentalizado en época romana convirtiéndose en uno de los principales puntos de aguada del extremo occidental del suburbio portuario de la ciudad. Como consecuencia de su carácter público y utilitario, la fuente sufrió un intenso proceso de transformación en los casi 900 años desde su construcción, en la época republicana, hasta su abandono definitivo.

Inicialmente se trataría de una fuente con pórtico, siguiendo modelos helenísticos, que más tarde, pasó a convertirse en una fuente cerrada, con el agua regulada a través de manantiales esculpidos en forma de leones echados.

Su recuperación es uno de los compromisos del ejecutivo socialista, que ya en campaña lo convirtió en una de sus banderas. «Es un proyecto de mandato», afirma García.

El objetivo es que esta constituya uno de los ejes vertebradores de la ruta patrimonial de la Part Baixa, sobre la que tanto se ha hablado, pero que no ha llegado a articularse nunca.

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