Vuelven las fiestas mayores de los barrios

Sant Joan marca el calendario festivo de un verano que este año se vive con más ganas

En 2020 la Carme y el Pere, la pareja de gigantes del Serrallo cumplió treinta años, un aniversario que, como tantas muchas otras cosas, no pudo celebrarse por culpa de la pandemia. Ayer a causa del viento volvían a quedarse a resguardo, sin embargo, el 17 de julio tendrán su fiesta de cumpleaños y gracias a los grallers de la Colla Gegantera del Serrallo también han sido protagonistas de unas fiestas de Sant Pere en las que «ha bajado mucha gente». Así lo expresaba Helena Roca momentos antes de salir con el grupo de gralles a amenizar la mejillonada popular, en la que se sirvieron 200 kilos de este molusco.

El encargado de prepararlos era Jordi Mallol. «Son tan frescos que prácticamente no tienes que hacerles nada», decía. Un poco de aceite, cuatro o cinco cebollas, limón y unos minutos de cocción. «El propio jugo que sacan les da todo el sabor», aseguraba. Y en cuestión de minutos empezaban a salir los primeros platos.

«Había muchas ganas», decía el presidente de la Associació de Veïns del Serrallo, David Martín. A los serrallenses les costó despertar, después de la verbena del sábado por la noche en la que sus vecinos se fueron a la cama tarde, con la satisfacción de haber recuperado las sensaciones tan anheladas de los inicios del verano de toda la vida. Este año por fin han vuelto los correfocs, las pistas de baile y el miércoles volverá a salir en procesión Sant Pere, el patrón del barrio, que junto a la Verge del Carme, vela por un buen año de capturas y de protección en la mar. «Es un momento de joya, respeto y tradición para acordarse de mucha gente», decía Martín.

La noche de Sant Joan daba el pistoletazo de salida a un verano en el que definitivamente han vuelto las fiestas mayores en los barrios, sin restricciones ni protocoles. Y esto es sinónimo de castells, cultura popular, actividades para los más pequeños y bailes con orquesta hasta pasada la medianoche. El calendario es frenético. Junto con el Serrallo, también eran fiestas en Torrenova y Buenos Aires.