Àlex Roca: «El mejor regalo es mirarse a un espejo y estar orgulloso»

Este deportista asegura que «es el resultado de sus padres en el mundo»

10 diciembre 2023 08:59 | Actualizado a 10 diciembre 2023 20:00
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El destino y seguramente el azar hacen que la llegada de Àlex Roca y la mía coincidan en el tiempo. Mientras que él y su esposa Mari Carmen se detienen a saludar a autoridades y miembros de la organización, entro en la sala donde está a punto de empezar su conferencia en Hospitalet de l’Infant.

Decido sentarme en un lateral y siempre que puedo, sin nadie a mi alrededor. Manías. Quiero silencio a lado y lado de mi silla y tan solo quiero escuchar, tomar notas y durante más de una hora larga aprender, aprender y volver a aprender todo lo que pueda de un hombre que no deja de sorprender tras cada paso, carrera, cada reto conseguido y cada nuevo objetivo que, con un equipo reducido de personas, se fija para seguir visualizando el mundo interior de las personas que tienen una (dis)capacidad. El (mundo) exterior, ya lo ven y juzgan los demás.

Las luces de la sala bajan de intensidad y, de fondo, suena Fix you, de Coldplay, mientras un suave aplauso anuncia la entrada de Àlex.

Para los que no lo han podido ver, Àlex se comunica con un lenguaje de signos propio que Mari Carmen traduce para que todos lo podamos entender. Apenas puede articular algún sonido, pero sus ojos y porte comunican más que cien libros abiertos de par en par.

Sentido del humor, siempre

La conferencia avanza explicando el origen de su (dis)capacidad y como un herpes en el cerebro, con tan solo 6 meses, le provocó una parálisis cerebral y (dis)capacidad de cerca del 76%.

En nada, me doy cuenta de que todo ello no es lo importante, sino cómo con esta (dis)capacidad logra objetivos y metas fuera del alcance de lo mundano.

Aceptación como constante

Con un elegante sentido del humor y bromas con el público, reflexiona sobre lo que nos rodea y valores importantes como la familia, el equipo, saber rodearte de personas positivas y la actitud ante la derrota o un posible fracaso florecen a una velocidad de vértigo.

Con una aceptación sorprendente, narra que su vida es la que es gracias a saber convivir con la enfermedad que sufrió siendo apenas un niño. No se cansa de dar gracias por poder vivir todo lo que está haciendo a día de hoy alrededor del mundo y de mirarse en un espejo y estar orgulloso de lo que ve. De hecho, invita a todos a hacer lo mismo. Maratones, la Titan Desert y 5 triatlones son tan solo algunos nombres mediáticos de un listado enorme de retos conseguidos con una sola finalidad: visualizar y apoyar la (dis)capacidad.

El titular

Sin saberlo, Àlex me regala el titular de este relato cuando habla de sus padres y del papel que tuvo su abuelo cuando aseguró, en un acto de bondad y protección, que su nieto andaría. Por todo lo que le enseñaron de pequeño, los tiene de referentes e ídolos.

Con el final de la conferencia llega el momento de las fotos, saludos a unos y otros y también llega el momento en el que me siento, prácticamente a solas, con Àlex y Mari Carmen.

«Gracias a mi enfermedad tengo la vida y valores que tengo a día de hoy»

Fix you, de Coldplay

Siento algo de nervios y más, sabiendo que apenas conceden entrevistas porque admiten (ambos) que necesitan descansar, volver a estar en casa con su familia y amigos después unos años de muchísima exposición mediática, carreras alrededor del mundo, galas y mil eventos más.

Mi primera pregunta es sobre la banda británica que le ha acompañado en su entrada en la sala. Admiten que nadie antes les había hecho esta pregunta, por lo que me siento feliz de haber conectado con él. Sonrisa cómplice.

Àlex cuenta que Fix you es una canción que le ha ayudado en momentos muy complicados de su vida y que en ella ha encontrado un lugar para sacar fuerzas y seguir adelante. De hecho, me dice también que es la que sonó el día de su boda. Sonrisa interior.

Va de amarillo chillón y fluorescente para que todo el mundo pueda ver su (dis)capacidad

Nuestra charla avanza y hablamos de los jóvenes, de trabajar para fomentar la inclusión y dejar los prejuicios habituales de la sociedad en la que vivimos.

Nuestro encuentro llega al final hablando de cómo hubiera sido su vida sin la enfermedad, de su viaje a New York para dar una nueva conferencia y de la vuelta a casa para celebrar la Navidad alejado del foco mediático pero con los objetivos de 2024 fijados.

Mientras nos despedimos no dejo de pensar cómo el niño que escondía los pies entre la arena de la playa para que nadie viera la malformación que tiene en uno de ellos sigue corriendo alrededor del mundo vestido de amarillo chillón y fluorescente para que, ahora, todo el mundo lo pueda ver. No a él, es lo que menos le importa, pero sí a su discapacidad. Al final, personas pequeñas, en lugares pequeños, pueden hacer grandes cosas. La vida, a veces, quizás solo se trata de verla y aceptarla con otros ojos.

Comentarios
Multimedia Diari