Llegó con la misión de cambiar la fibra óptica y acabó llevándose una hucha que contenía una cantidad más que jugosa. Así, un instalador de fibra de 39 años de edad fue detenido por los Mossos d’Esquadra por un delito de hurto en el interior de domicilio.
Los agentes recibieron un aviso el mediodía del 12 de abril por la sustracción de una hucha en un domicilio. La víctima manifestó a la patrulla que había contratado un servicio de instalación de fibra óptica a una empresa privada y que dos operarios habían estado trabajando durante la mañana en una de las habitaciones donde había una hucha que estaba a la vista.
Cuando los dos trabajadores finalizaron el servicio y se marcharon del lugar, la víctima fue a comprobar la hucha y observó que ya no estaba. La hucha contenía aproximadamente 2.500 euros.
La misma víctima llamó a los operarios y preguntó por la hucha desaparecida pero estos negaron los hechos y manifestaron desconocer qué había pasado.
Dado que los trabajadores todavía estaban afuera del domicilio recogiendo el material, la víctima fue a buscarlos pero uno de ellos ya se había marchado.
Los agentes hicieron comprobaciones en la furgoneta, pero la hucha no apareció. Aun así, continuaron haciendo indagaciones hasta que por la tarde del mismo día, el propio autor, el operario que se había marchado del lugar, reconoció en comisaría que había hurtado la hucha. La hucha la había escondido en una de las arquetas de telefonía situada en la vía pública.
El hombre fue detenido por un delito de hurto y quedó en libertad el mismo día con la obligación de presentarse al juzgado de instrucción que instruye la causa el día previamente establecido.
La hucha fue devuelta a su propietaria con todo el dinero en el interior.
