En el necesario confinamiento también se puede ayudar al medio ambiente, más allá del que por hecho de estar en casa, la naturaleza ha mostrado una gran capacidad de recuperación.
El apicultor de Bonastre, Dani Arrébola, ha propuesto la actividad de hacer trampas para la avispa velutina. Esa especie invasora es una amenaza para las autóctonas que elaboran la miel y polinizan plantas, por lo que son una amenaza para el ecosistema.
En todo caso la elaboración de las rampas y su colocación debe realizarse de manera confinada.
Dani Arrébola ha impulsado también un concurso. Las cinco primeras personas que cacen una velutina con las trampas tendrán una visita a sus panales y un bote de miel.
En un vídeo muestra cómo hacer una trampa para las velutinas.
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