«Defendemos un turismo solidario donde los turistas contribuyen directamente a los costes que genera su estancia». De esta manera, el alcalde de Salou y presidente del Patronato de Turismo, Pere Granados, reivindica la creación de una tasa para cada turista que visite la ciudad y que sirva para ayudar a financiar el sobrecoste que genera su estancia en las arcas municipales. Así, considera, la actividad turística ayudaría a mejorar los servicios y la calidad de vida de los residentes y, al mismo tiempo, a espantar la turismofobia.
«Las políticas turísticas que se están implementando, por ejemplo en Salou, están diseñadas para garantizar que los intereses y el bienestar de nuestros vecinos sean siempre la prioridad», afirma el alcalde, que lidera la petición de este tipo de impuestos a las administraciones superiores. Con la recaudación de esta tasa, sostiene, se podrían financiar servicios municipales como la limpieza de calles y playas, la recogida de residuos o la seguridad ciudadana.
Hace años que Salou viene reclamando nuevas fórmulas de financiación especiales para los municipios turísticos. Municipios que deben costear servicios públicos para una población mucho mayor a la que paga sus impuestos al ayuntamiento. En su caso, con un censo de 30.000 habitantes, Salou asume los servicios para más de 2 millones de personas que visitan cada año la ciudad. Por escasa que sea la aportación de cada visitante, desde la capital de la Costa Daurada creen que se mitigaría de forma notable la carga que supone la actividad turística en el presupuesto anual.
Actualmente, ya existe una tasa que se cobra por cada noche de estancia en alojamientos turísticos. Este impuesto, que introdujo la Generalitat en toda Catalunya en 2012, sirve exclusivamente para financiar acciones de promoción de los destinos. La mitad de lo que se ingresa lo gestiona la Generalitat y la otra mitad regresa a los municipios donde se ha generado. En estos más de diez años, el Ayuntamiento de Salou ha percibido 32,5 millones en este concepto.
El modelo de Canarias
Ahora, la idea que plantean desde Salou es crear un impuesto que abone cada turista que visita la ciudad. Sería un pago único, independientemente de los días que permanezca en la ciudad. Es un modelo similar a la ecotasa que se está estudiando para mitigar el impacto del turismo en las Islas Canarias o el impuesto turístico que ha implantado Venecia recientemente. En el caso de la ciudad italiana, cada visitante que acceda debe abonar un importe de 5 euros, con el objetivo de hacer sostenible la actividad.
Granados cree que estas nuevas políticas turísticas no deberían usarse como «instrumento político», sino que deberían ser gestionadas con «seriedad y responsabilidad, alejándose del color político y centrándose en las necesidades reales de los residentes». En este sentido, reclama «valentía política» para implementar estos cambios y alerta que «la turismofobia se genera cuando las cosas no se hacen bien».