La presencia de flamencos en los humedales de Els Muntanyans no es un hecho insólito, asegura Ramón Ferrer, técnico del Gepec y gran conocedor de la flaura y fauna de este espacio d einterés natural de Torredembarra. «Lo extraordinario es que no se van a los pocos días de llegar, tiempo para descansar y recuperar fuerzas para continuar su viaje migratorio hacia el sur. Lo novedoso es que se quedan y se hacen suyo esta zona de humedales».
Los primeros ejemplares llegaron hace seis semanas. De aquellos primeros flamencos que aterrizaron en la zona de Els Salats, una de las lagunas de la zona, uno sigue allí y se ha convertido en el veterano de esta nueva colonia. El resto han ido llegando y marchando.
«Son flamencos que proceden de la zona de la Camarga francesa, como indican las anillas que hemos podido comprobar», explica Ferrer. Esta pasada primavera, y a consecuencia de la pandemia del coronavirus, la colonia de flamencos franceses tuvo una gran cantidad de huevos «unos 10.000, diez veces más de lo habitual». La razón de esta superpoblación tiene relación directa con la disminución del ruido de los aviones que aterrizan y despegan cerca de estos humedales en la desembocadura del Ródano.
Las aves proceden de la zona de la Camarga francesa, que este año ha habido superpoblación de críasLa tranquilidad multiplicó la cría y ésta, en los primeros vuelos han buscado diferentes lugares donde hacer sus paradas de camino al norte de África y sur de España.
A pesar del ruido de los trenes y de la presencia humana, los flamencos han encontrado un lugar amplio, con comida y tranquilidad. Y posiblemente ello pueda influir en la presencia de estas aves todo el año. «Dependerá del clima d einvierno. Si hay muchos días de frío y viento, quizá todos se marchen hacia el sur. Si hace un invierno suave, a lo mejor podremos decir que hay una colonia de flamencos nueva en Tarragona, tras la del Delta de l’Ebre», razona Ferrer.
Comida en abundancia
Estas semanas, además de los flamencos de Els Muntanyans se ha localizado otro ejemplar en Cambrils. Al igual que los de torredembarra el ave está haciendo escala antes de continuar hacia el sur. Ferrer pide que se le deje en paz y no se le de ni comida (pan, por ejemplo) ni se le moleste. Por ello, el Gepec ha activado parte de su voluntariado para segiur y estudiar estos ejemplares avistados y procurar que nadie les agobie durante su estancia.