Lo que un día empezó como un sueño, se ha acabado haciendo realidad por todo lo alto en el barrio de Sant Pere i Sant Pau. El logro del ascenso a la Superliga de voleibol del equipo absoluto masculino del CV SPISP se celebró por todo lo alto, tal y como merece un premio de este calibre. Y, evidentemente, sin olvidar nunca de donde viene, el club lo celebró con su gente y en el pabellón de un equipo que ha vuelto a la máxima categoría.
Si bien es cierto que el ambiente festivo ya hacía días que se mascaba, con ese recibimiento y reconocimiento del ayuntamiento de Tarragona del viernes, la alegría acabó de estallar en la celebración conjunta del club.
Un hito que llena de orgullo a jugadores, cuerpo técnico, directiva y, por supuesto, a los fieles aficionados que llenaron el pabellón tras haber apoyado al equipo en cada paso del camino.
Un camino que empezó desde abajo y ha ido construyendo los cimientos de un equipo humilde, trabajador y con orgullo de barrio.
El presidente del club, Alfonso Periañez, se mostró orgulloso del evento, donde no solo se juntaron jugadores y aficionados, sinó que también asistieron jugadores y jugadoras de todas las categorías del club. Los más pequeños fueron también protagonistas.
Y es que no son pocos los jugadores del club. Prácticamente 300 deportistas forman los 26 equipos del voleibol en el Sant Pere i Sant Pau.
Conforme se acercaba la tarde, una marea rojilla comenzaba a congregarse en las instalaciones del club. Familias enteras y jóvenes con la camiseta del equipo se unieron para celebrar el éxito de un equipo referente.
Con voces emocionadas de los protagonistas, tras ser vitoreados uno a uno en sus entradas a la pista, los respectivos referentes del club tomaron la palabra para hacer llegar su agradecimiento a la afición.
Alfonso Periañez fue el primero, pero rápidamente quiso darle el protagonismo al entrenador, Vlado Stevovski, quien ha sido el cerebro de un equipo ganador en la pista.
El entrenador otorgó todo el mérito a un grupo de jugadores muy especial, capitaneado por Raúl del Rio, quien agradeció el apoyo de la afición y realzó el gran proyecto de futuro del club.
Entre alegrías y emociones había un sentimiento de comunidad y pertenencia, una sensación de que, juntos, el SPiSP y su barrio son imparables y que están creando algo muy grande en el mundo del voleibol.
Porque, al final, lo más importante de todo no es el ascenso o la celebración como club.
Lo más relevante son las ganas de seguir sabiendo que hay un proyecto de futuro común.
Objetivos cada vez más asequibles gracias a la mejora constante de todos los equipos de las diferentes divisiones. Un mismo anhelo que, con estos triunfos, cada vez está dentro de más jugadores y jugadoras del SPiSP, el de llevar un escudo con el máximo respeto y cariño posible.
Prácticamente todos los jugadores y jugadoras de las diferentes categorías estuvieron presentes