Talento y fe

Argentina-Croacia y Marruecos-Francia serán las semifinales del Mundial de Catar 2022

11 diciembre 2022 18:12 | Actualizado a 11 diciembre 2022 19:52
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Las semifinales del Mundial de Qatar de 2022 ya tienen dueño y son cuatro selecciones que han llegado de manera merecida a la penúltima ronda de la competición. Cuatro equipos que mediante el talento y la fe han ido derribando obstáculos hasta plantarse a un solo partido de la gran final del próximo domingo. Argentina y Croacia buscarán el primer billete, mientras que Francia y Marruecos harán lo propio con el segundo. Dos partidos de alto nivel en el que el componente deportivo y emocional dictará sentencia.

La Argentina de Messi

Argentina se ha metido en las semifinales tras un torneo en el que ha ido de menos a más, pero siempre con la fe como bandera. Un equipo que ha jugado con el corazón durante cada instante que ha estado en el verde de Qatar. Es el último Mundial previsiblemente de Leo Messi y el sueño de todo un país por verle alzando el bonito trofeo dorado le ha hecho convertir este Mundial en algo más que un evento deportivo.

La albiceleste comenzó perdiendo ante Arabia Saudí en la que fue la primera gran sorpresa del Mundial, pero su reacción liderada por el ‘10’ ha sido loable. Argentina compite mucho y bien y con Leo Messi a este nivel es una selección que asusta. La leyenda argentina está marcando diferencias y jugando por y para el equipo. Sabe que es la estrella, pero no actúa como tal. Argentina en octavos fue muy superior a Australia, mientras que en cuartos le tocó sufrir para eliminar a Países Bajos que le igualó una renta de dos goles y le tuvo contra las cuerdas, pero en la tanda de penaltis apareció su portero, el ‘Dibu’, para conquistar el triunfo.

El conjunto dirigido por Scaloni ha ido cambiando de once y sistema en base al rival que ha tenido enfrente. Por ejemplo, ante Países Bajos jugó con una defensa de tres y dos carrileros para igualar el sistema holandés, dando claros síntomas de ser un equipo moldeable y competitivo. Además, ha encontrado dos jugadores vitales para su rendimiento que comenzaron siendo suplentes y ahora son piezas básicas. Los jóvenes Enzo Fernández y Julián Álvarez han dado un paso al frente, uno ha aportado fluidez y trabajo a la medular, mientras que el otro ha ofrecido gol y talento en los metros finales. Messi está menos solo que en otras ocasiones y eso se palpa.

Argentina no lo va a tener fácil para meterse en la final porque delante tiene a una Croacia que no falla a la hora de la verdad. Es tremenda la competitividad de los croatas que siguen teniendo al incombustible Luka Modric como guía. Nadie contaba con ellos, pero ahí están. En fase de grupos finalizaron segundos por detrás de la otra gran sorpresa del Mundial como es Marruecos.

El camino se antojaba más complicado, pero Croacia juega con el alma y nunca se rinde. Le da igual el rival y el escenario. Ya llegó así a la final del Mundial de 2018 y lo ha vuelto a hacer una generación más envejecida, pero que sigue peleando y compitiendo como si nada hubiese cambiado.

Croacia, alma resiliente

En los octavos de final estuvo contra las cuerdas contra Japón, pero empató y luego sacó billete en una tanda de penaltis en la que lanzó con convicción y tuvo a su portero Livakovic como estrella. Repitió receta en cuartos de final ante la gran favorita para alzarse con el trofeo. Brasil tuvo a Croacia en la lona, pero un gol de Petkovic en el 117’ de la prórroga llevó el partido a los penaltis. Allí los croatas volvieron a reinar en otro ejercicio de convicción en el que dejaron claro que el arte de la pena máxima no es una lotería.

Croacia es una selección que juega con un 4-3-3 y que tiene la capacidad de adaptarse a todos los contextos que plantee el partido. Tiene trabajo y talento y un mediocampo diferencial en el que Modric, Kovacic y Brozovic juegan mucho y bien, pero también son capaces de cortocircuitar al rival. Por no hablar de que en sus filas tiene al central del futuro y que ya goza de un excelente presente como es Josko Gvardiol. Increíble su temporada en el Leizpig y su Mundial con Croacia a sus 20 años.

Francia quiere repetir

La otra semifinal también apunta a locura porque mide a la actual campeona y favorita a repetir título, Francia, contra la gran sorpresa del Mundial, Marruecos. Francia es una selección que ha impuesto su talento durante toda la cita. Llegó con bajas sensibles como la de Benzema, Nkunku, Kimpembe, Pogba o Kanté, entre otros, pero ha demostrado tener un arsenal de jugadores sin fin. Griezmann y Giroud han dado un paso adelante y han liderado a una selección que sigue teniendo a Mbappé como jugador diferencial, pero que sobre todo destaca por su funcionamiento coral.

A los bleus cuesta encontrarles defectos porque saben muy bien a lo que juegan en todo momento. No sufren nunca porque saben que su momento va a llegar. Su talento ofensivo resulta incontenible y cuando se arman en defensa resultan una selección complicada de batir porque cuenta con mucho talento individual en sus piezas defensivas.

Su camino por el Mundial apenas ha admitido sobresaltos. En la fase de grupos cerraron su pase y el primer puesto tras ganar ante Australia y Dinamarca y se dieron el lujo de rotar contra Túnez, aunque lo pagaron caro, ya que terminaron perdiendo. En las eliminatorias, Francia ha vuelto a ser un equipo con mano de hierro. Ante Polonia no tuvo compasión en una gran tarde de Mbappé, autor de un doblete, y en cuartos le tocó medirse a la dura Inglaterra, pero volvieron a salir victoriosos. Dos chispazos de Tchouameni y Giroud le permitieron llevarse el triunfo después de que Harry Kane marcara un penalti, pero fallase otro.

Marruecos, la gran sorpresa

Ahora le tocará derrotar a la que está siendo una selección que está haciendo historia. Marruecos se ha convertido en el primer país africano en acceder a las semifinales del Mundial en toda su historia. Se dice pronto, pero el fútbol marroquí ha logrado romper una barrera que supone un antes y un después. Lo ha hecho tras quedar primero en un grupo en el que dejó fuera a Bélgica. Por si quedaban dudas, su camino hasta semifinales ha sido glorioso.

Marruecos eliminó a España en unos octavos en los que defendió con la vida su portería. Corrió y corrió y provocó que la posesión española fuese estéril. Llevó el partido a los penaltis y allí Bono y sus lanzadores fueron muchos mejores que el combinado de Luis Enrique. Ante Portugal no necesitó llevar el partido a la tanda porque durante la primera mitad tuvo la capacidad de generar ocasiones y marcar una de la mano del Nesiry. Ese gol fue suficiente porque durante el resto del encuentro, Marruecos defendió muy bien, Bono paró lo necesario y además amenazó con sus transiciones. Francia es la pantalla antes de la final, pero si algo le sobra al pueblo marroquí es fe.

Regragui ha construido un equipo muy sólido defensivamente y con talento ofensivo a raudales. Ziyech, Bouffal y Ounahi están marcando diferencias y liderando a un país que está rompiendo moldes.

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