El centro de Reus, Horts de Miró o Gaudí, los barrios que ganan más población desde 2018

Cada una de estas zonas ha incrementado el número de vecinos en más de un centenar en pocos años. En la periferia hay precios más asequibles y en el centro se han hecho reformas

01 febrero 2023 20:02 | Actualizado a 03 febrero 2023 07:00
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La población de Reus ha crecido en los últimos siete años, cerrando 2022 con 106.741 habitantes, según el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat). Son 3.547 reusenses más respecto 2015. Un incremento que se ha trasladado, especialmente, en zonas concretas de la ciudad, como en el centro, el Carme y barrios como Horts de Miró, Gaudí, Carrilet o Mas Magrané, según se desprende del Pla Local d’Habitatge de Reus 2022-2027. En cambio, pierden población zonas más residenciales, como Immaculada, Jardins de Reus, Mas Vilanova, Sol i Vista y también el barrio Niloga, aunque son descensos más bien residuales.

Sobre los barrios que han ganado vecinos, la Sardana y el Fortuny se suman a los ya mencionados. Cada uno ganó entre 100 y más de 200 habitantes entre 2018 y 2020 y, en su conjunto, sumaron en dos años más de 1.300 vecinos nuevos. Hasta 2022, en algunos puntos, como Horts de Miró o Gaudí, el crecimiento supera los 270 vecinos.

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Sobre qué podría motivar que la población crezca más en unos barrios que en otros, Joan Alberich, profesor de Geografía en la URV, apunta varias cuestiones. Por un lado, indica que hay que tener en cuenta que si la población está creciendo es por los movimientos migratorios. Y es que actualmente el crecimiento vegetativo es negativo, con más defunciones que nacimientos «y se ha convertido en algo estructural», subraya. Así pues, partiendo de esta premisa, «en las zonas periféricas, donde tradicionalmente ha habido más población extranjera, hay un efecto red». Es decir, la tendencia de la población migrada es instalarse en zonas donde ya vive gente de su comunidad. Además, «suelen ser viviendas más asequibles», añade.

En cambio, ve distinto el crecimiento que se ha producido en la zona del centro, donde también se incluye el barrio del Carme. Para Alberich, aquí puede haber una combinación de factores. Por un lado, parte del parque de viviendas está en condiciones deficientes, por lo que tiene un precio más asequible y parte de personas migradas se instalan aquí.

Pero habría una segunda causa: un proceso de gentrificación. «Ha sucedido en muchas ciudades, como la Part Alta de Tarragona o, el caso más claro, Barcelona. En zonas degradadas del centro, hay inversiones para rehabilitar edificios», resume. Esto genera interés entre personas con mayor capital y sube el valor. El resultado es que hay una sustitución de la gente que habitaba estas zonas, «que sobre todo eran mayores que han ido falleciendo», por un perfil distinto. «Gente, más bien joven, que ve atractivo poder vivir en el centro de la ciudad. Valoran que se rehabiliten viviendas y deciden trasladarse al núcleo», ejemplifica Joan Alberich.

En el caso concreto de Reus, es una realidad que las rehabilitaciones en el centro se han disparado en los últimos tiempos. Según el Col·legi d’Aparelladors, Arquitectes Tècnics i Enginyers d’Edificació de Tarragona (COAATT), se han hecho más de 360 rehabilitaciones entre 2018 y 2021 y con una tendencia al alza. A modo de ejemplo, recientemente se han reformado viviendas en la calle Llovera o en la del Vidre y justo ahora se trabaja en la calle de la Amargura o en la calle Ample.

No obstante, destaca especialmente el trabajo que se está realizando en el barrio del Carme. En esta zona, la misma asociación vecinal se ha implicado para buscar inversores e interesados para rehabilitar y, así, frenar la degradación en la que estaba inmersa el barrio. De hecho, se habían desplomado varias casas por malas condiciones. Según el presidente, Josep Machado, en los últimos cuatro años se han reformado y construido más de 90 viviendas y alrededor de 200 familias nuevas ya se han instalado.

Servicios y accesibilidad

En el barrio Gaudí y en Horts de Miró, dos de las zonas que han ganado población en los últimos años, coinciden en valorar positivamente la tendencia al alza. «Es señal de que son zonas suficientemente atractivas para que a la gente le apetezca venir a vivir», señala la presidenta de la asociación vecinal de Horts de Miró, Pilar Flamenco.

Además, son barrios donde el precio de la vivienda es más asequible respecto otros puntos de la ciudad. «En el barrio Gaudí tenemos los bloques Bofill, que son más económicos. Aquí se ha instalado mucha gente joven que, seguramente, no puede acceder a viviendas más caras», apunta la presidenta del barrio Gaudí, Maria del Mar Escoda, que se muestra satisfecha porque «temíamos que hubiera ocupaciones». En esta misma línea también se expresa Flamenco. Como explica, en Horts de Miró hay distintas zonas, «algunas muy multiculturales, con viviendas más antiguas y asequibles, y también edificios más nuevos».

Ambas coinciden en la importancia de la presencia de servicios a la hora de atraer a nuevos vecinos. Maria del Mar Escoda destaca el «servicio educacional completo» que hay en el barrio Gaudí. Aun así, hay mucho margen de mejora porque, como recuerda, «faltan plazas». «Este curso hay niños que han tenido que escolarizarse en otras zonas porque en el barrio no quedaban plazas», expone Escoda, que confía en el traslado dels Ganxets al edificio de la antigua escuela Ciutat de Reus para solucionar la problemática. Es una cuestión importante para el barrio porque, según cuenta, muchos de los nuevos vecinos son familias con niños pequeños. Por otro lado, Escoda denuncia la falta de comercio. Y es que el barrio Gaudí no se ha escapado de la dinámica de persianas bajadas que se ha ido extendiendo por muchos barrios periféricos.

En el caso de Horts de Miró, Pilar Flamenco destaca, por un lado, la ubicación céntrica del barrio, lo que puede ser un atractivo. Por otro, pone el acento en la amplia cartera de servicios, como colegios o el Centre d’Atenció Primària (CAP). No obstante, recuerda que falta un espacio lúdico para practicar deporte, donde los niños puedan jugar, una reclamación que ya han hecho llegar al consistorio.

También denuncia la falta de sedes bancarias, tras un goteo de cierres en los últimos años. «Solo queda el CaixBank de Riera de Miró y un Caixa Guissona. Muchos vecinos tienen que ir hasta la plaza Prim, que es lo que queda más cercano», recuerda Flamenco, que se muestra especialmente preocupada por la gente mayor. Señala también otra problemática: falta de contenedores en algunos puntos concretos del barrio, junto a incivismo. «Son cuestiones localizadas, pero que tendrían que trabajarse, ya sea con una mayor frecuencia de recogida de la basura como también incrementar el número de containers en algunas zonas donde hay muchos pisos», dice.

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