Ismael Corrales es de Ecuador, tiene 21 años y es uno de los finalistas de los Premis Gastronòmics Josep Lladonosa. Se clasificó en la semifinal que se celebró el 14 de abril en el Espai Llotja de la Cambra de Comerç de Reus y, este domingo, competirá en la final de estos premios que ponen en valor el joven talento gastronómico. Corrales se está formando en el mundo de la cocina desde los 15 años, en la Escuela de Chefs Host School de Ecuador. Pero desde hace unos meses está en la Escuela de Cocina Villa Retiro de Xerta, mediante un convenio entre ambos centros.
¿Qué le llevó a estudiar cocina?
Empecé mirando vídeos por Internet y pensaba: ¿por qué no puedo hacerlo yo? Después, en Ecuador llegó la moda de la comida gourmet, los restaurantes de Estrella Michelin, que decían en Europa, y me entró más la ambición de poder dedicarme a esto.
¿Quiere dedicarse a la alta cocina?
Primero hay que preparar la base. Y, a partir de aquí, se puede seguir con esferificaciones, espumas y todas estas cosas de la alta cocina. Pero si no haces bien, por ejemplo, un guiso, no puedes hacer nada más.
¿Cuál es su meta? ¿A qué aspira?
Quiero vivir el momento. El pasado es por lo que viviré la experiencia del presente. Y el futuro será lo que venga, poco a poco. Ya veré a lo que llegaré.
¿Con pasión se hace todo en la cocina? ¿O se necesita un don?
Tienes que ponerle corazón y amor. Porque si vas enojado, las cosas siempre salen mal.
Sobre los Premis Lladonosa, es uno de los finalistas. ¿Cómo está siendo la experiencia?
Para mí es muy satisfactorio. En realidad, no tenía noción de cómo íbamos a participar, y no sabía nada de cocina catalana.
¿Y cómo lo hizo?
Conversando con mis compañeros y mi tutor Víctor, me dijeron que me pusiera a investigar y empecé a revisar libros.
Y hacer pruebas gastronómicas...
Sí. Quizá ya tenía una idea, pero no me salía, y tenía que buscar la manera de hacer otra cosa, pero que fuera en la misma línea.
¿Cree que la cocina está suficientemente valorada?
Hay jóvenes que no quieren estudiar medicina o arquitectura porque hay matemáticas, anatomía, biología... Y se van a cocina porque creen que solo van a cocinar. Y cuando se meten a estudiar en este mundo de la hostelería se encuentran que también hay matemáticas o anatomía. Es como estar en medicina misma, pero de los animales, dentro de la cocina. Después, tienes también la presión, los fogones, hay quemaduras y cortes. Muchos, después ya no regresan.
