«Anteriormente, la rosaleda era muy visitada y ahora vuelve a serlo. La gente pasea, se sienta en los bancos o saca fotografías y luego las cuelga», apunta el presidente de la Associació de Veïns El Roserar de Mas Iglesias, en Reus, Francesc Jornet.
El barrio ha recuperado así uno de sus grandes orgullos: la rosaleda Joaquima Gallisà, casi una hectárea de terreno que quedó renovada en buena parte a principios de año y este mes de mayo ha florecido. Muchos fotografían su nuevo aspecto, con multitud de variedades de rosas agrupadas en franjas de nueve colores y distintas fragancias.
De la remodelación de la rosaleda se han ejecutado ya las dos primeras fases, el grueso de la intervención. Los vecinos esperan que, próximamente, se complete la tercera, que introducirá «otro tipo de plantas en el montículo de tierra que ha quedado tras los rosales». Y también «hemos pedido que se actúe en el pinar y nos han dicho que lo harán», precisa Jornet.
Ahora que las rosas están eclosionando, «queremos que se aproveche bien el espacio», que «tiene muy buen aspecto, está más bonito que nunca» y «atrae a mucha gente que se acerca a verlo y a tomar imágenes». «La propia asociación programa caminatas desde allí», añade.
Estos días, lo colorido de la rosaleda ha llevado a muchos a capturarla y compartirla en redes, coincidiendo con que «prácticamente toda ha florecido ya». Tras la puesta al día, «la gente lo está conservando todo bien y, dos o tres veces a la semana, se le hace el mantenimiento, cosa que es esencial», precisa el líder vecinal.
E incide en que «estamos contentos por cómo han quedado las dos primeras fases y a la espera de la tercera». La rosaleda Joaquima Gallisà se inauguró en 2007 y es la única de Reus y una de las pocas públicas que quedan en Catalunya. Con el tiempo, se había ido degradando y había perdido las flores, que han regresado al parque de Mas Iglesias.
