Una reforma de casi un millón para devolver la dignidad a la Quinta Promoció de Tarragona

Las obras de remodelación de la plaza de Sant Pere i Sant Pau están a punto de empezar, después de que ya está en marcha la actuación de refuerzo de la estructura del parking

29 mayo 2025 19:06 | Actualizado a 30 mayo 2025 07:00
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Una valla perimetral rodea la Plaça de la Quinta Promoció de Sant Pere i Sant Pau. Desde el pasado lunes día 19 no se permite el acceso. Tampoco se puede aparcar en el interior del parking, que está completamente apuntalado, mientras se realizan los trabajos previos de unas obras que, definitivamente, se pondrán en marcha de forma «inminente», según asegura el Ayuntamiento de Tarragona.

Este es un proyecto largamente esperado para los vecinos, que han pasado por todo tipo de vicisitudes y durmió en el sueño de los justos durante mucho tiempo. «Cuando estaba el alcalde Nadal ya hablábamos del tema y después vino Ballesteros, que incluso puso un cartel muy bonito, pero nunca se hizo nada», afirma Antonio Vázquez.

La imagen es deplorable. Las malas hierbas se abren paso por cualquier resquicio, el pavimento está roto y apenas hay un poco de verde. Tampoco hay mobiliario urbano, mientras que el hormigón es dueño y señor de una superficie con pendiente, no apta cuando suben las temperaturas, ya que no hay sombra alguna.

La plaza ocupa la parte superior del parking que se construyó a principios de la década de los ochenta, cuando se impulsó la Quinta Promoció. El espacio formaba parte de la comunidad de vecinos. «En estos más de cuarenta años casi no ha cambiado nada, se había hecho algún apaño puntual pero siempre nos decían ‘esto es privado’ y no podía hacerse nada», lamenta Joan Aragonès.

Más allá del deterioro del espacio, uno de los principales motivos de malestar es que el agua que se filtra por la plaza va a parar directamente al parking y a los trasteros, lo que en reiteradas ocasiones ha acabado provocando daños. «Esto ha ido de mal en peor, hasta el punto de que la gente que quería vender la plaza no podía, porque nadie quería comprarla», argumenta Aragonès.

Luz verde a las obras

Finalmente, el anterior mandato decidió cogerse el toro por los cuernos y el gobierno mantuvo varias reuniones con los vecinos para buscar una solución que resolviera el embrollo jurídico que impedía que pudiera hacerse cualquier intervención desde la administración pública.

Al final, la comunidad de propietarios y el Consistorio acordaron que la plaza pasara a formar parte del dominio público durante un periodo de 30 años, lo que abría la puerta a una reforma que también se dotó con los recursos económicos necesarios, después de que el Ayuntamiento vendiera una finca municipal junto a la gasolinera.

Falta por ver si la reforma dinamizará una plaza donde casi todos los locales están cerrados

«Era un espacio privado de uso público», argumenta Aragonès, quien explica que «la situación era similar a la de la plaza Josep Sentís i Porta, que también tenía problemas y, al final llegaron a un acuerdo para que el Ayuntamiento pudiera hacerse cargo de las obras».

La resolución ha permitido que puedan iniciarse los trabajos preliminares, que son los que ahora mismo están en marcha. Consisten en el refuerzo de la estructura, para que después puedan entrar las máquinas en la parte de arriba. Posteriormente, tendrán que repararse las vigas, eliminando la parte corroída. En este caso, la inversión la hace la comunidad de propietarios, aunque hay vecinos que defienden que debería ser el Ayuntamiento el que asumiera los gastos (que oscilan entre los 80.000 y los 100.000 euros), ya que consideran que la administración local es responsable de los desperfectos causados «como consecuencia de haber dejado el equipamiento abandonado tantos años hasta llegar al estado actual de degradación».

Un cambio sustancial

La misma empresa que está realizando esta actuación preliminar será la que llevará a cabo la reforma de la plaza, la cual comportará una inversión de 804.141 euros, de acuerdo con la adjudicación que se hizo el pasado mes de febrero.

La intervención que va a hacerse comportará una transformación ambiciosa. Las obras se prolongarán por espacio de ocho meses e inicialmente se abordará la impermeabilización de la cubierta. A partir de ahí podrá procederse a la reforma integral de la superficie, en la que se habilitará una zona infantil, viales peatonales y un espacio de dunas, que busca generar una sensación de profundidad.

El verde ganará terreno y, en este sentido, se prevé generar una zona con árboles y jardineras que busca acabar con la plaza dura existente.

Los vecinos están a la expectativa de esta transformación. «Ahora hay muchos críos que vienen a jugar a la pelota o con la bicicleta y, a lo mejor, ya no podrán», argumenta Francisco Javier. Asimismo, tiene que acabar de concretarse si la reforma afectará a las calles adyacentes –que todavía son privadas– y si es así quién tendrá que hacerse cargo de los trabajos. No obstante, la mayoría aplaude que finalmente estén a punto de iniciarse unas obras largamente esperadas y que deben contribuir a dignificar esta parte del barrio.

«Nadie viene a limpiar y los barrenderos nos dicen que no es su trabajo. Esto es una guarrada», lamenta Rosa.

Tras la pandemia han cerrado los tres bares que rodeaban la plaza. Ahora mismo prácticamente todos los locales están vacíos, por lo que está por ver si la reforma contribuirá a dinamizar la zona. «Creo que para los críos se recuperará, pero no es un sitio de paso. Ahora la gente va más a la zona de la Rambla, que está más animada con las terrazas», concluye Francisco Javier.

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