La sanidad de Tarragona afronta la Covid-19 sin haberse recuperado de los recortes

La pandemia pone en evidencia casi una década de tijeretazos no revertidos: material escaso o anticuado, sueldos reducidos y ratios bajas. Médicos y enfermeras claman por más inversiones

09 mayo 2020 18:30 | Actualizado a 10 mayo 2020 15:23
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«Los médicos hemos llegado a esta crisis no en una situación deplorable pero sí muy justa, no solo por recursos humanos, sino por cómo son nuestras instalaciones y nuestra tecnología, que en algunos casos está en periodo de obsolescencia», resume el doctor Fernando Vizcarro, presidente del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona.

Su voz es la de buena parte de la comunidad médica en la provincia que estos días afronta el mayor de los desafíos asistenciales. Si bien los presupuestos de salud estaban yendo en aumento en los últimos años, ni mucho menos eran suficientes para revertir casi una década de tijeretazos en la sanidad, desde 2010. «Normalmente se dice que tenemos uno de los mejores sistemas de sanidad del mundo. Yo diría que lo que en realidad tenemos es uno de los mejores colectivos profesionales», añade Vizcarro.

Material escaso y anticuado, sueldos reducidos y ratios bajas han marcado los últimos tiempos de un sector que aún no se había recuperado del descenso en la inversión. Con ese lastre, los sanitarios han tenido que afrontar una pandemia insólita redoblando esfuerzos y ampliando horarios, jugándose la vida en muchos casos al resultar contagiados y asumiendo además un desgaste físico y emocional. «Algunos de esos héroes a los que aplaudimos, los residentes, los especialistas en formación, han estado cobrando 960 euros al mes. Es una de las vergüenzas de la administración, que ha convertido a la sanidad, la joya de la corona, en una empresa ‘low cost’», asegura contundente Josep Maria Puig, secretario general de Metges de Catalunya.

Cifras en mano, el presupuesto del Departament de Salut para 2020 aún no iguala el de 2010, punto de inflexión en el que empezaron los recortes, a pesar de que haya supuesto, por fin, un aumento después de tres años de congelación. Los descensos tan marcados entre 2011 y 2016 siguen siendo una rémora, según denuncia el colectivo. «A nivel de sueldos, aún no nos hemos recuperado. Sufrimos mucho en su momento y no se ha invertido suficiente. La recuperación de la inversión es algo que las mismas sociedades científicas están reivindicando. En Tarragona, la inversión es todavía más insuficiente», denuncia Vizcarro.

Lo cierto es que el presupuesto de Salut se incrementó este año en 900 millones respeto a 2017, algo que según el Govern permitiría revertir «del todo» los recortes, rozando los 9.800 millones. La conselleria también ha sacado pecho de un aumento de la actividad quirúrgica o las pruebas diagnósticas para reducir las listas de espera que, por otro parte, aumentarán irremediablemente en los próximos meses a consecuencia de la Covid-19.

Pero sindicatos y colegios médicos son escépticos y para demostrarlo se aferran a un estudio publicado este mismo año. El trabajo ‘La malaltia de la sanitat catalana: finançament i governança’, editado por el Cercle de Salut y elaborado por el catedrático de economía de la Pompeu Fabra Guillem López-Casanovas y el investigador del Centre de Recerca en Economia de la Salut Marc Casanovas establece que serían necesarios 5.000 millones más al año para equiparar el gasto en Catalunya al de países similares.

La pandemia ha venido a agravar una situación acuciante, no solo por los ajustes aplicados en el pasado sino por el envejecimiento de la población. Por eso se reclaman unas inversiones mayores.

«Estamos muy lejos –sigue Puig– de lo que nos haría falta. Es verdad que se ha ido mejorando en los últimos años pero no es cierto que en 2020 se hubieran revertido los recortes. En números absolutos, son muy parecidos entre 2010 y 2020, aunque siguen siendo más bajos este año, pero hay un factor determinante que es la inflación». El representante sindical de los galenos lamenta que «con el mismo dinero, ahora compras menos cosas que hace diez años» y denuncia: «En Catalunya el IPC ha subido un 16,3%. O sea que la diferencia real es que el presupuesto de 2020 es un 17% inferior», indica Puig.

«Hay una falta clara de personal –continúan desde Metges de Catalunya–. Venimos de una crisis tremenda. Se han perdido 1.000 médicos de Primaria, más de 3.000 camas hospitalarias y 800 en sociosanitarios, y toda esa destrucción ha ido acompañada de una falta de inversión tecnológica tremenda. La pandemia nos ha cogido en una situación de mucha flaqueza».

«Falta de previsión»

Solo la reorganización y la entrega de los sanitarios ha evitado el colapso, al menos en Tarragona, pero no sin dificultades. «Estamos afrontando la crisis como podemos, porque también ha habido una falta de previsión en cuanto a EPI. Llegamos tarde al mercado. Hemos podido salir de esta también por la concienciación de la ciudadanía, que ha apelado al sentido común y a la prudencia, utilizando las urgencias únicamente cuando se han necesitado, a pesar de que hay patologías que incluso han llegado tarde», expone Vizcarro.

Algunos, desde el optimismo, confían en que la Covid-19 sea una oportunidad para la reivindicación y para la restauración de condiciones perdidas. «Pedimos que no se olviden de lo que estamos haciendo. Seguimos sin estar en la ratio adecuada de médicos. A nivel retributivo somos de los últimos países de Europa, pero no es solo una cuestión salarial, sino también de reconocimiento de estabilidad laboral. Somos la profesión que más contratos basura tenemos. Vemos contratos día a día, evitando incluso el fin de semana para ahorrar la Seguridad Social», aclara Vizcarro desde el Col·legi de Metges.

Puig, desde Metges de Catalunya, realiza otro cálculo: entre bajadas de sueldo, DPO y pagas extras reducidas, guardias recortadas y salarios congelados o aumentados por debajo del IPC, «los médicos hemos perdido en estos años entre un 25 y un 30% de nuestro poder adquisitivo». Metges de Catalunya pide a la Generalitat cambiar «sustancialmente» el presupuesto de Salut en 2020 para afrontar el coste adicional provocado por el coronavirus. «Hay que dotar al sistema de los recursos necesarios y dejar de cargar sobre los profesionales el grueso del esfuerzo», cuenta Puig. «La Generalitat ha aumentado los ingresos un 30% desde 2010. ¿Por qué no se ha repartido equitativamente entre departamentos?. Es un problema de gestión aquí, no hay que mirar fuera», añade el doctor.

Agravios en enfermería

La situación no es más propicia entre el colectivo de enfermería. «Estamos algo mejor que hace cuatro años pero aún no nos hemos recuperado de los recortes. Se nos redujo el sueldo un 5%. Ahora parece que íbamos algo mejor. Por ejemplo, nos abonaron una parte de la paga extra de 2013, pero no es suficiente», explica Lluïsa Brull, presidenta del Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Tarragona.

El gremio ha venido denunciando falta de material estas semanas, aunque la situación ya era precaria de entrada. «En Tarragona la ratio de enfermeras por habitante es de 5,06, en Catalunya es de 6,09 y en otros países llega al ocho», expone Brull, que reclama la homologación del colectivo al nivel A de la administración, «porque nos equiparan a un diplomado cuando nuestro grado es de cuatro años».

La representante colegial elogia y agradece «el esfuerzo a todos los trabajadores de la salud» y reclama una «mayor inversión en sanidad y unas ratios adecuadas, en este momento en el que las enfermeras han tomado tanta visibilidad y, sobre todo, un refuerzo en previsión de que pueda haber más oleadas del virus en octubre o noviembre».

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