El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, ha explicado en un comunicado una serie de recomendaciones para la archidiócesis con el fin de poder reabrir las iglesias a partir de este próximo lunes, 11 de mayo. La voluntad del arzobispo queda supeditada a las autoridades sanitarias y en el caso de que la provincia de Tarragona entre en la fase 1, tal y como ha solicitado la Generalitat al Estado.
Antes de exponer las medidas de protección sanitaria a fieles y párrocos, Planellas ha pedido que las personas mayores, enfermos y en situación de riesgo se queden en casa y no acudan a la iglesia para evitar cualquier problema de salud relacionado con el coronavirus.
Si Tarragona entra en la fase 1, las parroquias y lugares de culto de la Archidiócesis podrán reprender las celebraciones de la Eucaristia con la participación de fieles, pero con una serie de restricciones.
Por una parte, los templos sólo podrán ofrecer un tercio de su aforo en cualquier misa que se celebre. Estos fieles que acudan a la iglesia deberán espaciarse entre los bancos para mantener la distancia de 1,5 metros recomendada para evitar cualquier contagio. Para ello, el propio cura deberá, ayudado por voluntarios y feligreses, hacer la distribución para poder empezar la Eucaristía de la forma más segura posible.
Planellas explica en el comunicado que se recomienda que los feligreses vayan con mascarilla y su propio hidrogel y que la comunión se entregará en mano y no en la boca como se hace en algunos casos. En el acto de la comunión no habrá diálogo individual, sino que se pronunciará de forma colectiva.
Si el Ministerio de Sanidad autoriza la desescalada en fase 1 para la provincia, el mismo comunicado podría activar las iglesias y templos de la Archidiócesis de Tortosa.
