Quizás sea la menor presencia del virus en Tarragona, un territorio que ha escapado de los estragos en la primera oleada de la pandemia y, ahora, de los rebrotes preocupantes que puedan derivar en mayores restricciones. Tarragona es la provincia catalana en la que más gente reconoce no emplear la mascarilla: así lo admite un 9,5% de la población, según se extrae del informe final del Ministerio de Sanidad sobre seroprevalencia, que además de analizar la inmunidad de la población al SARS-CoV-2 ha aprovechado, en sus diferentes entregas, para explorar hábitos y prácticas.
La provincia es la más incumplidora de la comunidad autónoma, ya que ese porcentaje de infractores es más alto que en el caso de Lleida (7,5%), Girona (6,8%) y Barcelona (4,9%). Eso sí, hay que tener en cuenta que el estudio se elaboró antes de que la protección en Catalunya pasara a ser obligatoria en la calle, incluso aunque se pueda mantener la distancia social, una norma que entró en vigor el pasado jueves. El estudio tampoco contempla la situación cada vez más crítica de la comarca ilerdense del Segrià, confinada de nuevo debido a los rebrotes.
Concienciación en aumento
Pese a ese uno de cada diez que no llevan mascarilla, el análisis a lo largo de las semanas muestra que la concienciación y las prácticas responsables han ido en aumento. En la primera consulta, la que correspondía a la semana del 18 al 25 de mayo, un 18,9% de tarraconenses confesaban no hacer un uso habitual de la mascarilla, prácticamente dos de cada diez. Era un dato, por poner un ejemplo, bastante más elevado que el de Barcelona (12,7%).
A partir de ahí, los siguientes sondeos han ido mostrando que la utilización de la mascarilla ha ido extendiéndose durante la desescalada. En la siguiente semana, la del 25 de mayo al 1 de junio, el porcentaje de gente que no llevaba la mascarilla protectora descendía a un 11,5% en el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre. Del 8 al 15 de junio, a las puertas de la entrada definitiva a esta nueva normalidad, el dato bajó todavía más, y se situó en un 7,8%. De ahí se pasó al actual 9,5%, último porcentaje disponible, relativo a la semana que iba del 15 al 22 de junio. Es ahí cuando se nota una cierta relajación, ya que la cantidad de personas que se protegen con mascarilla descendía, aunque fuera ligeramente.
Ese retroceso también se produjo en Lleida –que estaba a las puertas de los serios rebrotes que han generado nuevas restricciones y que todavía se combaten– y en Barcelona. En esos análisis del estudio se incluía casuística como el trayecto a pie, el transporte público o en vehículo compartido o el entorno laboral. «La adopción del uso de la mascarilla ha ido extendiéndose durante este tiempo», diagnosticaba el informe del Ministerio del Sanidad.
Los datos varían en función de la provincia pero, en general, las dinámicas son parecidas. «Mientras que a mediados de mayo un 19,3% de la población mayor de seis años no utilizaba nunca la mascarilla, a finales del mismo mes esta proporción se redujo notablemente», expone el estudio. En España se llegó a porcentajes del 11,3% e incluso en la tercera ronda del estudio, ya hacia finales de junio, el balance se situó en el 8,4% y en el 7,3%. Es de suponer que las últimas restricciones adaptadas en algunas autonomías puedan repercutir en estas apreciaciones y hacer que el empleo de la mascarilla se expanda más todavía entre la población.
En suma, el 90,5% de los tarraconenses (una inmensa mayoría) lleva mascarilla, una cifra similar a la que ofrecen también otros estudios. Así, el 85% de la población española emplea la mascarilla de forma habitual y el 90% se lava o desinfecta las manos con frecuencia, según la encuesta de la Generalitat valenciana en toda España sobre la Covid-19, que también señala que el 83% evita encuentros con un elevado número de personas.
La 14ª oleada del estudio del grupo de trabajo Data Science for Covid-19, se efectuó entre el 26 de junio y el 2 de julio y se obtuvieron 3.178 respuestas de toda España, en las que se muestra un masivo seguimiento de las medidas de protección, según un comunicado de la Generalitat.
Así, el 75 % de las personas asegura no saludar dando la mano, besos o abrazos a personas con las que no convive, y mantener un distanciamiento físico de, al menos, 1,5 metros. Un 68% señala que limita el número de personas con las que tiene contacto cercano.
El empleo de mascarillas, desde un punto de vista territorial, es desigual. Guipúzcoa es la provincia de España con menos uso. Un 45,5%, casi la mitad de la población, admitía no utilizar. Curiosamente, es ahí donde se ha producido uno de los rebrotes más importantes, el que afecta a Ordizia. Vizcaya (23,5%), Álava (22%) o las Islas Baleares (22,4%) son otras provincias que destacan por el alto porcentaje de gente que se salta la norma. Las provincias más aplicadas a finales de junio eran Cáceres, Jaén, Almería, Madrid y Barcelona. En todas ellas, más del 95% de la población utiliza la mascarilla. Estos datos pueden cambiar de un momento a otro en función de las restricciones que se vayan aplicando.