Cuando la realidad supera a la mejor serie distópica. Atónitos ante Putin o Ayuso

Hemos pasado del nada ha cambiado en el PP tras la caída de Casado a un Pedro Sánchez cambiando el eje de la política sobre el problema del Sáhara

22 marzo 2022 19:20 | Actualizado a 23 marzo 2022 06:56
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Ayuso sigue con su agenda antiSánchez tomándose la guerra de Ucrania como una oportunidad en vez de la tragedia humanitaria que es.

Ha vuelto a pasar… cuando creíamos que habíamos visto todo lo que una política audaz, sin valores, sin formación y sin principios es capaz de hacer para fortalecer su carrera política, llega Isabel Díaz Ayuso y vuelve a demostrarnos lo que es.

Lo que era inimaginable hace unos años está sucediendo: en pleno siglo XXI un sátrapa autoritario y corrupto ha decidido por capricho y beneficio propio poner en jaque al mundo entero invadiendo Ucrania y amenazando con lo que podría ser el germen de la Tercera Guerra Mundial.

Algo que suena a novela o serie distópica pero que desgraciadamente es una realidad que aún atónitos vemos retransmitida en directo todos los días.

Hay que dejarlo claro: Putin ha llegado a este punto porque el mundo le ha dejado. Y no soy negacionista ni pretendo justificarle, pero tampoco admito que quienes se hacían fotos con él hace dos años ahora hagan como si nada.

Pero esta no es una columna de análisis sobre la situación mundial (para ello hay decenas de tertulianos que sin tener ni idea de casi nada nos torpedean con sus opiniones) sino sobre lo que pasa en Madrid.

Y lo que está pasando es que mientras un 90% del mundo mira espantado lo que sucede, el gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid ha decidido crear un obstáculo más para los refugiados ucranianos que lleguen hasta la capital.

No es suficiente tener que pasar largas horas encerrados en un armario de casa o en la estación de metro más cercana bajo las bombas, dejar todo lo que has construido con tu familia y lanzarte a una aventura incierta de recorrer media Europa para buscar refugio. No, no es suficiente debe haber pensado Isabel que debe pasarse las tardes de domingo jugando con su hermano (ese héroe que en plena pandemia nos suministró a los madrileños mascarillas cuando no había a cambio de una comisión supuestamente por llamarse «Díaz Ayuso») a juegos de mesa basados en geoestrategia. O quizás compartan mesa con el astuto Miguel Angel Rodríguez que es quien susurra en su oreja qué charco o indignidad hay que acometer cada día.

Y mientras tanto en su partido ahí anda el nuevo «metalíder» Alberto Nuñez Feijóo heredero de lo mejor del fundador Manuel Fraga que en palabras propias lleva tiempo «atento» a la Isabel. Dice él que no la ha descubierto ahora como muchos camareros del centro de Madrid sino que él ya lleva tiempo observando su potencial. Claro que como todo gallego lo hace con discreción y desde lejos.

Como desde lejos y para su «sorpresa» ha descubierto que su «barón» castellano-leonés Mañueco ha abierto las puertas del gobierno de su comunidad a la extrema derecha de Vox. Y ojo que es la primera vez que sucede en Europa y hasta el máximo responsable de los populares europeos ha criticado severamente este movimiento.

Pero Feijóo cree que somos todos idiotas lavándose impúdicamente las manos diciendo que esto no corresponde a su mandato ya que aunque ha sido «precoronado» por la totalidad del partido hasta el congreso de abril él «carece de autoridad» para influir en este tipo de decisiones.

Mucho me temo que este «centrista» va a dejar como bueno a un señor que sigue en su despacho de la dirección en Génova cada mañana ordenando los lápices, el sacapuntas, la agenda vacía y su acallado teléfono mientras se pregunta que ha podido salir mal de su estrategia «de Castilla y León a Moncloa».

Ah … y mientras tanto Sánchez encastillándose como le ha pasado a casi todos los que han pasado por la Moncloa. La tormenta de arena roja que cubrió parte de la Península la semana pasada traía miga: en plena crisis energética y bélica ha decidido él solito (no ha consultado ni a socios ni a la oposición) que tras años de apoyar la justa causa de la independencia del Sáhara occidental, los posos del café le indican que para cerrar la crisis torpemente abierta con el «gran amigo del Rey Felipe» lo mejor era traicionar al pueblo saharaui.

Como dirían Tip y Coll «del gobierno ya hablaremos el lunes que viene»…

 

Periodista
Javier Pons inició su carrera en Radio Reus. 
Ha sido director de “El Terrat”, director de TVE y CEO de Prisa Radio. Actualmente dirige la productora Globomedia (Mediapro).

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