La localidad de Salou y, por extensión, toda la provincia de Tarragona amanecieron ayer conmocionadas por el suceso que tuvo lugar en la noche del lunes, a consecuencia del cual un joven fue asesinado a balazos en plena calle por tres atacantes, uno de los cuales fue detenido tras ser retenido en el mismo lugar de los hechos por un grupo de viandantes. Antes de cualquier otra consideración, se antoja necesario aclarar que se trata de un hecho aislado y que afortunadamente tanto Salou como el resto de la provincia de Tarragona son territorios donde se puede disfrutar de cualquier actividad con seguridad y tranquilidad a cualquier hora del día o de la noche.
Y es una tarea que nos compete a todos garantizar que esto siga siendo así. En este sentido, una de las mayores preocupaciones que han expresado recientemente los cuerpos de seguridad apunta a los delitos que tienen que ver con el cultivo y el tráfico de sustancias estupefacientes, unas prácticas que de un tiempo a esta parte se han incrementado de forma notoria en la provincia.
De hecho, este Diari publicaba el lunes un interesante reportaje sobre el regreso del narcotráfico a nuestras costas. Del mismo modo, hace apenas unos meses este periódico se hizo eco de unas declaraciones de los mandos de los Mossos d’Esquadra en las que advertían de que las plantaciones de marihuana tanto en el interior de las casas como en terrenos de difícil acceso conllevaban el peligro de la llegada de bandas internacionales violentas y muy peligrosas. A estas alturas no existe aún la certeza de que el crimen ocurrido en la noche del lunes en Salou obedezca a esta causa, aunque los investigadores trabajan con el ajuste de cuentas por motivos de droga como primera hipótesis. Es obligación de las fuerzas de seguridad combatir esta lacra y es un deber ciudadano colaborar para mantener nuestros elevados niveles de seguridad.