Antonio Machado se lamentó así en un poema: «Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón».
A los 42 años de la Constitución, Miquel Roca ha escrito: «Sin consenso, sin acuerdo, sin respeto, ‘las dos Españas’ cabalgan de nuevo».
La cabalgadura cainita se interrumpió durante una época hoy despreciada, la Transición, que se tiene por franquista, aunque de los siete ponentes, Roca nació en el exilio, Solé Tura se exilió y dirigió Radio Pirenaica, y Peces Barba fue desposeído de su título de abogado y desterrado a un pueblo de Burgos.
El problema, creen algunos, no son las dos Españas, sino las 17. Sin embargo, no he oído que el problema de Alemania sean sus 16 länder o que en Estados Unidos sean sus 50 estados.