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En las excavaciones que actualmente se llevan a cabo en Escornalbou, en el marco de la recuperación de ese conjunto monumental tan importante, han aparecido restos de una imagen de piedra, cuyos rasgos nos conducen directamente a una época y a un autor.

Se trata de la parte superior de una estatua femenina, muy mutilada, que muestra el rostro prácticamente completo, con la nariz rota, la boca y la barbilla desfiguradas, una parte del cuello, y escasos restos del torso en la parte delantera. Todo indica que se trata de una representación de la Virgen, seguramente en pie, adornada con la correspondiente corona. Bajo la misma aparece el cabello cuidadosamente distribuido en pequeños bucles, en los que descansa la corona, mientras que por los lados cae la melena, suelta sobre los hombros.

Todo indica que se trata de una representación de la Virgen, seguramente en pie, adornada con la correspondiente corona

El hieratismo frontal del rostro, la forma en que se riza y ondula el cabello, el tratamiento tan detallista y los grandes ojos llamativamente saltones, evidencian los rasgos característicos de la manera de trabajar del escultor Jordi de Déu.

Jordi de Déu, cuyo nombre auténtico era Georgos Joannes, fue un escultor siciliano perteneciente, según cuenta él mismo en un documento, a la comunidad «greca» es decir bizantina, de la ciudad de Mesina. Su estilo es inconfundible, pues incorporaba en sus obras los rasgos propios de las imágenes del arte griego antiguo de la Magna Grecia, característico de la Italia meridional de donde procedía, y los enriquecía con detalles de orfebrería y lujosas vestiduras, todo ello tallado en piedra, un auténtico «lujo oriental» inspirado en Bizancio.

Fue durante largos años esclavo del escultor Jaume Cascalls, posiblemente como prisionero en la guerra de Pedro el Ceremonioso por la posesión de la isla de Sicilia, y con él trabajó en los Panteones Reales de Poblet, aproximadamente desde 1362 hasta que, una vez recobrada la libertad y fallecido Cascalls, llegó a ser, él mismo, maestro al frente del conjunto funerario populetano y autor de retablos, estatuas y otras obras para este monasterio.

Fue durante largos años esclavo del escultor Jaume Cascalls, posiblemente como prisionero de guerra

No consta ninguna relación laboral de Jordi de Déu con Escornalbou que justifique la presencia de esta imagen aparecida en la excavación, aunque no resulta difícil encontrar una hipótesis sobre su verdadera procedencia Sí está perfectamente documentado que el retablo mayor de la iglesia de Escornalbou, dedicado al arcángel san Miguel, y actualmente reducido a pequeños fragmentos incrustados en la «sala capitular» al lado del claustro, de cuya existencia di noticia en una publicación reciente, puesto que se suponía totalmente desaparecido, fue llevado a cabo por el maestro Aloy de Montbray, que comenzó, por encargo de Pedro el Ceremonioso, los Sepulcros reales. Jordi de Déu trabajó, además de en el monasterio de Poblet, para la Mitra y los arzobispos de Tarragona, como colaborador de Cascalls, por ejemplo en el Juicio Final de la portada principal de la catedral.

Una imagen del siglo XIV, obra de Jordi de Déu, en Escornalbou

Una imagen del siglo XIV, obra de Jordi de Déu, en Escornalbou