La óptica reusense Martra Visions recoge gafas graduadas de segunda mano durante el año –gracias al apoyo de entidades y ciudadanía– con el fin de entregarlas de forma altruista a personas que lo necesitan en Gambia. La iniciativa tiene una larga trayectoria y desde 2016 hasta ahora han ayudado a «3.000 personas aproximadamente», cuenta el optometrista Joan Martra.
La oportunidad de llevar a cabo esta acción, en su momento, se presentó para Martra en el marco de Fandema, un centro de ocupación y formación en el poblado de Tujereng en el que «se empodera a las mujeres enseñándolas a aprender varios oficios», prosigue, y que, a su vez, forma parte de la organización MBOLO, implicada en acciones de desarrollo social, humano y sostenible. Desde Martra Visions, además de hacer revisiones y entregar gafas adaptadas a la graduación de las personas atendidas, también han llegado a dar de sol completamente nuevas, para prevenir problemas de visión más serios e irreversibles.
En estos viajes, suelen encontrar muchos casos de glaucoma, cataratas e incluso úlceras. «El equipo de Martra Visions, es decir, Maria Vidal, Thais Martra y yo, acabamos de volver de allí hace poco y hemos realizado cerca de 300 revisiones y entregado, prácticamente, 300 gafas. Damos continuidad al proyecto porque nos aporta mucho a nivel personal. La gente en Gambia es muy agradecida y hospitalaria», resume.
La zona rural
Aunque cada vez que viajan hacia allí suelen pasar por Tujereng y se quedan generalmente en la costa, esta vez hicieron una ruta nueva. «Nos adentramos en el interior, en la parte más rural, donde hay muchas personas sin recursos que no se pueden desplazar con facilidad a la costa», detalla. La intención de Martra es recoger fondos para realizar más revisiones. «Podríamos conseguirlo con instrumentos más ágiles y portátiles que facilitaran dar con la orientación de la graduación, ya que cuando vamos allí el proceso es artesanal; aunque hemos ganado en organización si lo comparamos con las primeras visitas», expresa. La clave, indica, es «poder atender a más personas en menos tiempo». Destaca, además, que otras ONG les han contactado y «no nos cerramos a nada, esto nos permite ayudar mientras conocemos otras culturas», concluye.